Desde los albores del tiempo, los miembros de la realeza han seguido protocolos destinados a mantener su legado ancestral y a destacarse en contraste con los ciudadanos comunes. Incluso para el príncipe Guillermo y Kate Middleton, estas reglas son ineludibles, incluso en el entorno más íntimo de su hogar. Ahora, una ventana se ha abierto para revelar algunos de los detalles menos conocidos de su vida privada, dejando en evidencia que las normas reales no tienen límites ni excepciones, ni siquiera cuando se trata de sus propios hijos: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis.
A pesar de haberse convertido en una pareja que despierta admiración entre sus seguidores, los príncipes de Gales no están exentos de controversias y obstáculos en su camino. Mientras enfrentan escándalos y retos, han logrado mantener la imagen de sucesores dignos, responsables de preservar el legado que algún día heredarán sus hijos. No obstante, tras las cortinas doradas de la realeza, se esconde una serie de reglas extraordinarias que marcan su vida cotidiana en formas poco convencionales. Una de estas normas impactantes prohíbe a los pequeños de Kate Middleton y el príncipe Guillermo compartir la mesa con los adultos a la hora de comer.
La mesa real: un lugar exclusivo para los adultos
El ex chef real Darren McGrady, con 15 años de experiencia sirviendo a la Familia Real británica, ha desvelado el enigma detrás de esta regla. Según el chef, “a los niños no se les permite sentarse con los adultos hasta que dominen el arte de la conversación cortés”. Una norma que, curiosamente, se rige en todas las residencias de la Casa Windsor, incluso en el majestuoso Palacio de Buckingham. Aunque parezca asombroso, esta tradición persiste, incluso en festividades como la Navidad, donde los pequeños herederos deben esperar hasta alcanzar la mayoría de edad para ser parte de las conversaciones adultas. La lógica detrás de esta medida es prevenir situaciones incómodas debido a la inexperiencia y falta de conocimiento de los niños en cuanto al protocolo real. “Los niños siempre comen en la guardería hasta que tengan la edad suficiente para comportarse adecuadamente en la mesa del comedor”, explicó McGrady en una conversación con ‘Harper’s Bazaar’.
Pautas para los jóvenes príncipes: más que una formalidad
La razón detrás de esta regla puede parecer excesiva a primera vista, pero tiene sus fundamentos. A pesar de la educación de los príncipes George, Charlotte y Louis, los pequeños carecen de la experiencia necesaria para desenvolverse en situaciones formales, como las visitas de mandatarios u otros miembros de la realeza. De esta manera, la Casa Real busca evitar potenciales momentos incómodos que podrían surgir de acciones inocentes, pero inapropiadas. Esta restricción se basa en la idea de que los niños podrían no entender las sutilezas del protocolo y cometer errores involuntarios, lo que podría resultar en situaciones comprometedoras para el prestigio de la monarquía.
Esta norma es aplicable a todos los niños de la familia, no limitándose únicamente a los hijos de los príncipes de Gales. De hecho, ahora que están todos reunidos en Balmoral, George, Charlotte y Louis compartirán la mesa con los nietos de la princesa Ana: Savannah e Isla, hijas de Peter Phillips, y los tres hijos de Zara y Mike Tindall: Mia, Lena y Lucas.