Aunque en la línea de sucesión de la familia real monegasca está constituida principalmente por los príncipes de Mónaco y sus hijos, existen otros miembros que también son considerados, como Carolina de Mónaco y Estefanía de Mónaco, hermanas del príncipe Alberto II.
Los hijos de Carolina (Andrea, Charlotte y Pierre Casiraghi, y Alexandra de Hannover), podrían ser los que menos probabilidades tengan de heredar una responsabilidad tan grande y además, forman parte de la línea terciaria de sucesión. Desafortunadamente, para Charlotte sus pequeños hijos ni siquiera entrarían dentro de las posibilidades de pelear el principado o algún título a causa de su contexto familiar.
Hace algunos años, Charlotte tuvo una relación con el actor de origen marroqui Gad Elmaleh, quince años mayor que ella, con quien tuvo a su primer hijo, Raphaël Elmaleh. Pero para sorpresa de todos, el príncipe Alberto no quiere que forme parte del linaje de la monarquía.
Con tan solo nueve años, el pequeño Raphaël heredó la belleza de su madre, gozando de un simpático y risueño sentido del humor que lo convierte en un niño irresistible. Sin embargo, y a pesar de ser nieto de la princesa Carolina de Mónaco, este jovencito no posee ningún título ni es considerado siquiera en la sucesión real por temas legales de la constitución del principado de Monaco.
El monarca monegasco lejos de reducir o apartar a los miembros de su familia, les da un peso y un protagonismo poco habitual en otras Cortes. Así, sus hermanas, las princesa Carolina y Estefanía, casi no han visto reducida su presencia oficial a pesar de que su hermano hace años que tiene consorte. Las hijas de Raniero y Grace Kelly actúan de ‘primeras damas’ suplentes siempre que el Príncipe las necesita. Alberto recurrió a ellas especialmente durante el año que Charlene estuvo ausente por sus problemas de salud. Pero lo que se nota es que no toma mucho en cuenta a Raphaël, acción ya que todos empiezan a notar.
Raphaël no puede heredar por políticas constitucionales
La Constitución del Principado de Mónaco marca la primacía del varón sobre la mujer, igual que en España, lamentablemente: "La sucesión al trono abierta por fallecimiento o abdicación recae en la descendencia directa y legítima del príncipe reinante, por orden de primogenitura, con preferencia del varón sobre la mujer, en el mismo grado de parentesco. A falta de descendencia directa y legítima, la sucesión se efectúa en beneficio de los hermanos y hermanas del príncipe reinante y de sus descendientes directos y legítimos, por orden de primogenitura con preferencia del varón sobre la mujer, en el mismo grado de parentesco", pero a esto hay que añadirle que los hijos de anteriores relaciones no podrán ser nunca príncipes reinantes.
Toda la familia quiere a Raphaël
Tiene actualmente nueve años, pero apunta maneras. En todos los actos oficiales de la Familia Real de Mónaco él se muestra simpático y risueño. Es un buen hijo de Carlota, un buen nieto de Carolina, un buen sobrino-nieto de Estefanía y Alberto y un buen hermanastro de Balthazar Rassam. Pero no será ni príncipe ni principito: la ley, injustamente, no se lo permite.