En la casa real sigue siendo muy presente la presencia de Juan Carlos I. El padre del actual rey ya ni siquiera reside en España pero su polémica huella es tan grande como indeleble, conocidos de sobra son muchos de sus tratos que le han traído acusaciones de fraude fiscal, su cercanía con los Emiratos Árabes de toda la vida siempre dio de qué pensar y además su salvaje sentido de la aventura no dejaba descansar a Sofía de Grecia, quien conocía a una nueva amante día sí, día también.
Es por este estilo de vida de Juan Carlos I que se da la posibilidad de que surjan individuos que se proclamen hijos ilegítimos del emérito, un nombre que ha sonado sin descanso los últimos meses ha sido el de Alejandra de Rojas, presunta hija de Juan Carlos I, pero que hasta que no se realice la prueba de ADN no podremos verificar nada.
La historia de Juana Alfonsa de Milán
El tema de conversación ocasional, destapado en esta ocasión por Alejandra de Rojas, sirve como una especie de recordatorio para todos aquellos casos de la realeza donde surge la figura de un hijo ilegítimo, en esta ocasión, la historia es real, e involucra a Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, un romance con una institutriz de nombre Beatriz Noon, de origen escocés, dio como resultado el nacimiento de una bebé pelirroja, al igual que su madre, a quien nombrarían Juana Alfonsa. Su madre desaparecería como sal en agua, pero la pequeña Juana Alfonsa fue enviada a París para ser educada bajo la tutela de José María Quiñones de León, sin embargo, muchos de los detalles de su vida permanecen inciertos.
Juana Alfonsa, rebautizada como Jeanne-Alphonsine, creció dentro de las paredes de la embajada como una princesa, desconociendo totalmente su origen hasta que cumplió los 21, momento en el que Alfonso XIII le confesó su procedencia, pero esto fue un shock tan grande para la hija ilegítima del entonces rey, que algo se “rompió” en su mente, cambió vertiginosamente y empezó a tener un estilo de vida diferente. Al igual que los hijos de Alfonso XIII con la actriz Carmen Ruiz Monagas, recibió un millón de pesetas en el año 1941, el cual se habría consumido en una nueva vida de despilfarros y desenfreno, Juana Alfonsa organizaba fiestas enormes financiadas con el dinero de su padre biológico, además de adoptar una actitud esperable de una personalidad altanera de la realeza.
La vida de Juana Alfonsa dio un giro de 180 grados cuando conoció su verdadero origen, pero con el tiempo agotó su dinero y se convirtió en una ciudadana más, recibía aproximadamente 300 euros al mes de la herencia de su padre y redujo un poco sus maneras de cuando era joven, pero finalmente terminó internada en una residencia de ancianos cuando ya no era incapaz de valerse por sí misma, allí estuvo desde el año 2001 hasta que finalmente falleció en el 2004, toda su historia, o al menos la conocida, es gracias a una caja encontrada en un bazar turco, la cual contenía correspondencia de Alfonso XIII y el embajador de Bélgica de ese momento.