La casa real enfrenta una crisis de imagen, aún en 2023 pecan de obsoletos en varios aspectos que necesitan modernizarse, como un acercamiento más contemporáneo a Leonor de Borbón, quien ha adquirido una imagen tan “adulta” que resulta difícil que algún joven se identifique con ella.
Así como este muchos otros ejemplos pueblan los problemas de Zarzuela con los tiempos actuales, en algunos puntos se niegan a dar el paso hacia adelante mientras que en otros lo hacen a regañadientes porque es lo que toca. Sin embargo, muy difícil será hacer cambiar de curso a alguien con tantos años de tradición como la emérita Sofía de Grecia, la madre de Felipe VI, quien es una mujer de estricta tradición y que no suelta el protocolo ni cuando se trata de su hermana Irene de Grecia.
Sofía de Grecia resulta muy cuestionada por su “conservacionismo”
La tradicionalidad de la que presume la reina emérita puede torcerse en muchos casos y dar lugar a permitir ciertas conductas que en los tiempos que corren resultan moralmente inaceptables o como poco duramente criticadas, como pueden serlo la homofobia o el racismo, y es en este caso la primera de estas dos que pone a la madre de Felipe VI contra las cuerdas, pese a que a ella no parece importarle en lo más mínimo.
No se le puede negar a Sofía de Grecia que es una persona auténtica, si algo va en contra de sus ideologías o preferencias lo rechaza sin más, y esto la deja muy mal parada frente a una política rancia que habría mantenido durante su mandato, y no sabemos si más allá. Esta “política” va estrictamente relacionada con los trabajadores de Zarzuela, todos aquellos que ofrecieran sus servicios a la corona no podían ser homosexuales ni personas que pudieran identificarse bajo cualquier orientación sexual diferente a la heterosexual.
En pleno 2023 el que una persona decida salir con alguien de su mismo o distinto género es algo que se considera una preferencia personal y en primera instancia no debería por qué generar algún tipo de problema. Conforme pasa el tiempo las diferentes identidades y orientaciones sexuales son cada vez más normalizadas y aceptadas en la sociedad, aunque tengamos en cuenta que Sofía de Grecia no forma parte de “la sociedad”, sino de la realeza.
La rigidez de la reina es incuestionable
No podemos negar que en Zarzuela alguna vez haya trabajado alguien homosexual, bisexual o que corresponda a cualquier otra minoría del colectivo LGBT, pero si este es el caso, Sofía de Grecia nunca se enteró, la única alternativa era ocultarlo celosamente de forma que la monarca no se enterase y permitiera a dicha persona seguir trabajando allí. Estas conductas de parte de Sofía de Grecia pueden ser contraproducentes para la imagen de la corona y ahora más que se acerca un cambio de generaciones, Leonor de Borbón juramentará y muy probablemente la emérita pase a un segundo plano, cosa que podría ayudar a que este tema deje de tomar relevancia dada la poca influencia que pasaría a tener Sofía de Grecia.