A estas alturas el nombre de Paloma Rocasolano se ha quedado grabado en Zarzuela casi tanto como el de la reina Letizia, ya que la pensionada ha sido muy frecuente en el palacio de los reyes, y como no, si al final y al cabo es la madre de la reina. Ha entrado y salido a más no poder del palacio de los reyes y todo esto lo ha hecho con permiso del mismo Felipe VI, quién le ha dado autoridad para pulular en Zarzuela sin problema alguno.
Paloma Rocasolano ha sido quién se ha encargado en mayor parte de la crianza de las hijas del rey, aunque también ha estado en Zarzuela haciéndole compañía a la reina Letizia. A veces parece que la madre de la consorte fuera mucho más propia del palacio que la reina Sofía, y es curioso, porque justo de ella queremos hablar, o mejor dicho, queremos hablar de las dos consuegras.
La difícil historia de la reina Sofía y Paloma Rocasolano
Las consuegras han tenido una historia difícil, ya que ninguna de las dos se ha llevado nunca. Paloma Rocasolano veía con muy malos ojos a la reina emérita debido a que esta última hablaba mal de ella y de su sangre plebeya, y debido a todo esto la relación entre las dos estaba fracturada desde el comienzo. Sin embargo, casi al mismo tiempo, hubo algo más que dinamitó la relación entre las dos consuegras, y es que la suegra de Felipe VI le mintió a la madre de este.
¿Qué mentira fue esta? Pues la madre de Letizia mintió con algo muy sagrado para la esposa de Juan Carlos I, y es que la suegra de Felipe VI mintió respecto a su religión y a la de su hija, asegurando que las dos eran católicas, y también asegurando que toda su familia lo eran, algo que a día de hoy se sabe que es completamente mentira, pues Paloma Rocasolano no es devota a la iglesia y su hija se encuentra en dudas al respecto, ya que se habla de Letizia mucho más como agnóstica o atea.
Sea como sea, cuando los Ortiz Rocasolano y los Borbón cenaban juntos, la pensionada juraba delante de la madre del actual rey que eran católicas ella y su hija, y dentro de esto venía incluido el hecho de que Letizia jamás había abortado, algo que sí había hecho la actual consorte y que Paloma Rocasolano negaba con todo su ser, aunque era consciente de la verdad.
Estas mentiras solo sirvieron para que la reina Sofía desconfiara mucho más de su consuegra, y hasta la actualidad no confía en ella. Sin embargo, Paloma Rocasolano solo quería proteger el futuro que podía tener su hija y que también podía tener ella, y se ve que las cosas le han salido bien ya que Letizia tiene una fortuna considerable actualmente y Paloma Rocasolano tiene un prestigio que nunca hubiera tenido de no ser por el matrimonio de su hija.