Cada vez que sale a flote el nombre de Iñaki Urdangarin, muy probablemente esté relacionado con el proceso de divorcio en el que está involucrado. Cada vez surgen nuevos rumores que rodean su separación de la infanta Cristina y la cantidad de dinero que se terminarán repartiendo para satisfacer las exigencias del ex duque de Palma, pero fuera de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina tenemos otros motivos para interesarnos en la familia de estos, especialmente sus hijos, que han sido en mayor o menor medida tema de conversación.
Probablemente los dos de los que más se habla sean Irene y Pablo Urdangarin, la primera por ser la más pequeña de cuatro hermanos y que la ha pasado muy mal por el divorcio de sus padres, al punto de necesitar ayuda psicológica especializada. Por otra parte, su hermano Pablo Urdangarin sería con diferencia la cara más pública de los hermanos. El joven ha seguido los pasos de su padre y se dedica al balonmano, debutó en su momento en el FC Barcelona donde se mantuvo durante dos temporadas, pero para la temporada 23/24 ha sido fichado por el BM Granollers, pero han pasado cosas que podrían comprometer su carrera.
El desempeño de Pablo Urdangarin no ha sido el esperado
El cambio de equipo del hijo de Iñaki Urdangarin ha venido con mucha expectativa, se esperaba un desempeño ejemplar por parte del joven de 22 años, pero al menos de momento ha preocupado su desempeño. No se trata de una temporada desastrosa, pero definitivamente no se ha equiparado a lo que se esperaba de él. Siendo el hijo de Iñaki Urdangarin, quien tuvo una firme carrera en el balonmano, que se espere lo mismo o más de Pablo Urdangarin es lo esperable, pero esto coloca un enorme peso sobre los hombros del joven, un peso que parece incapaz de soportar.
En vista que el desempeño de Pablo Urdangarin no ha cumplido con las expectativas del equipo, su posición en el mismo podría estar en riesgo a pesar de que firmó un contrato hasta el año 2025, pero contrario a lo que algunos podrían pensar, el tener un contrato no lo fija en el equipo hasta el final de este mismo, lo hace su forma de jugar y lo beneficioso que sea tenerlo como Extremo Derecho de los BM Granollers, y como decimos, de momento no ha hecho nada que le asegure seguir en el equipo hasta el final de su contrato, mucho menos una renovación, por lo que el hijo de Iñaki Urdangarin tiene que ponerse las pilas si quiere ser un jugador a la altura de su padre.
Lamentablemente, el ser el hijo de un balonmanista debe ser increíblemente complicado, pues probablemente Pablo Urdangarin esté dando lo mejor de sí en cada partido y esto siga sin ser suficiente. Quizás el divorcio de sus padres lo tenga distraído, o quizás su mente esté entre los brazos de su pareja, no lo sabemos.