Los duques de Sussex son tema de conversación ahora, y siempre, porque usualmente nunca falta un motivo para hablar sobre la vida de los exiliados de Reino Unido, aunque la verdad es que la decisión fue propia. La prensa periódicamente se dedica a hablar sobre los presuntos problemas que pueblan su matrimonio desde hace meses, pues el alejarse de la familia real habría sido bastante difícil y estaría dificultando su buena convivencia matrimonial sumado a la presión ejercida desde Buckingham para que el príncipe Harry regrese, obviamente, sin Meghan Markle, pero en realidad la situación matrimonial de los duques de Sussex sería muy diferente.
La pareja debe enfrentarse a la misma enfermedad, especialmente Meghan Markle
Una de las cosas de las que sí deben cuidarse el príncipe Harry y sobre todo su esposa, es una situación que atenta contra su bienestar y que en ocasiones la lleva a pasar por algún centro médico. Se trata de las migrañas, Meghan Markle sufre mucho de estas y algunas llegan a ser muy fuertes, al punto que tiene que recurrir a ayuda médica para disipar su malestar, además de tratamientos como la acupuntura o la medicina oriental, que le ayudan a llevar mejor sus migrañas.
No solo Meghan Markle tiene que aguantar sus migrañas, el príncipe Harry también tiene sus propias migrañas, solo que no tan fuertes como las de su esposa y que se sepa no lo dejan plantado en el hospital. Sin embargo no dejará de ser molesto, pero lo particular de su caso es que algunos aseguran que sus problemas de salud están justificados mentalmente, por traumas como, evidentemente, la muerte de su madre a temprana edad.
Los duques de Sussex disipan las dudas sobre cualquier crisis, se mantienen unidos
Situaciones como esta pueden resultar difíciles de afrontar para algunas parejas, aunque en el caso del príncipe Harry y Meghan Markle muy seguramente tengan problemas más fuertes relacionados con su anterior relación con la casa real, además de las constantes difamaciones que reciben por parte de la prensa, como las repetidas acusaciones de crisis en su matrimonio, las cuales han borrado del mapa la última semana.
En primera instancia, la noticia de que los padres de Archie y Lilibeth estarían pensando en comprar una propiedad en Malibú y mudarse junto a sus hijos allí, así estarían más cerca de los Ángeles, seguramente para que Meghan Markle tenga ciertas facilidades en base al contrato que firmó hace no mucho con una agencia de talentos.
Y por último tenemos la presencia de la pareja en los juegos Invictus 2023, celebrados en Alemania y a los cuales siempre asiste el príncipe Harry, al momento de celebrar la cena en la cual están incluídos los familiares de cada respectivo participante, se pudo ver juntos a los duques de Sussex y con una absoluta ausencia de tensión, dejando totalmente anulado cualquier rumor relacionado con su “inminente divorcio” que más de una vez fue sentenciado en piedra, y que al menos de momento no parece que vaya a ocurrir, aunque hay quienes no terminan de creer esto del todo.