A pesar de haber tomado la decisión consciente de mudarse a Estados Unidos, Meghan Markle y el príncipe Harry continúan tomando medidas rigurosas para garantizar su seguridad y la de sus hijos, Archie y Lilibet. Al alejarse de la protección directa del entorno real británico, la pareja ha puesto en marcha una serie de estrategias para mantener a su familia a salvo en su nuevo hogar.
Desde que se establecieron en California, los duques de Sussex han sido muy conscientes de los riesgos y desafíos que enfrentan, especialmente al estar lejos de la seguridad que proporcionaba la monarquía británica. Este cambio de residencia ha venido acompañado de un notable incremento en las medidas de seguridad. La pareja ha contratado a un equipo de seguridad privada altamente capacitado para garantizar su bienestar y el de sus hijos en todo momento.
Una de las principales preocupaciones de Meghan Markle y el príncipe Harry ha sido la seguridad de Archie y Lilibet. Vivir en Estados Unidos implica estar más expuestos a los medios de comunicación y al público en general, eso es un hecho. Para mitigar estos riesgos, Meghan Markle ha aumentado recientemente la seguridad privada de sus hijos. Esto incluye la presencia constante de guardaespaldas en su residencia, así como personal de seguridad adicional durante los desplazamientos y actividades diarias de los niños.
Archie y Lilibet, con seguridad de primera a todas horas
Cada vez que la familia viaja, ya sea dentro del país o al extranjero, lo hacen con un equipo considerable de guardaespaldas. Estos profesionales no solo están entrenados en protección personal, sino que también cuentan con la experiencia necesaria para manejar situaciones de alto riesgo y garantizar la seguridad de la familia en cualquier circunstancia. La pareja ha sido vista en varias ocasiones acompañada por su equipo de seguridad, lo que denota su compromiso con la protección de su familia.
Además, Meghan Markle y el príncipe Harry han implementado diversas medidas tecnológicas para reforzar su seguridad. Su residencia en Montecito, California, está equipada con sistemas avanzados de vigilancia, que incluyen cámaras de seguridad, alarmas y cercas de alta seguridad. Estas medidas son esenciales para prevenir cualquier intento de intrusión y para proporcionar una capa adicional de protección a su familia.
La seguridad de sus hijos también se extiende a su vida cotidiana. Los duques de Sussex han sido extremadamente cuidadosos al elegir las escuelas y los entornos donde Archie y Lilibet pasan su tiempo. Buscan instituciones que no solo ofrezcan una educación de alta calidad, sino que también cuenten con medidas de seguridad estrictas para proteger a sus alumnos.
La pareja también se ha mantenido en contacto constante con las autoridades locales y las fuerzas de seguridad para asegurarse de que están al tanto de cualquier amenaza potencial y para coordinar acciones en caso de emergencia. Esta relación con las autoridades es crucial para garantizar una respuesta rápida y efectiva ante cualquier situación que pueda surgir, lo cual se complementa con los guardaespaldas que ya tiene la familia, sobre todo Archie y Lilibet.