Máxima Zorreguieta, reina de los Países Bajos, es una mujer exitosa que ha logrado grandes cosas en su vida. Ser parte de la realeza fue uno de esos deseos que la consorte manifestó desde muy joven, algo que obtuvo gracias a un plan premeditado.
Máxima de Holanda auguraba un futuro en la realeza
La mujer de 52 años pareció intuir su futuro en la realeza y según lo recogido por La Nación, armó su vida para conseguirlo. El medio precisa que la nueva biografía ‘Máxima, la construcción de una reina’, de Rodolfo Vera Calderón y Paula Galloni, asegura que la argentina se lo anunció a una de sus compañeras de colegio en la entrega de diplomas de quinto año: “Yo me voy a casar con un noble”.
Tras darse a conocer estos deseos de una Máxima más joven, no faltaron en surgir diversas teorías al respecto, hay quienes aseguran que para lograrlo la royal creó un ‘plan maquiavélico’ desde el colegio y ahora goza de una relación ‘calculada’ y sin amor, mientras que por otro lado hay quienes la defienden y afirman que la mujer solo es un ejemplo de que los sueños se cumplen, así como lo hizo ella con el que ella tuvo desde niña.
Actualmente, Máxima Zorreguieta (nacida el 17 de mayo de 1971 en Buenos Aires, Argentina) es la reina de los Países Bajos como esposa del rey Guillermo Alejandro y es la primera consorte nacida fuera de Europa Occidental desde Sofía de Wurtemberg, esposa de Guillermo III en el siglo XIX.
Vida amorosa de Máxima de Holanda antes de Guillermo Alejandro
Antes de conocer a su actual esposo Máxima de Holanda tuvo varios amores fallidos según lo reseñado por el citado medio. En busca de su príncipe azul la royal comenzó una relación con Tiziano Iachetti, uno de sus últimos amores de la secundaria con el que, después de separados, mantuvo una buena relación: fue el único exnovio invitado a la boda junto con su mujer de aquel momento, María Frers.
Cabe destacar que, en la facultad, se encontró con Max Casá, un cocinero reconocido por su participación en el programa Todo dulce de Maru Botana en Utilísima Satelital, en sus comienzos. Sucedió en el 89, durante su primer año en la Universidad Católica Argentina donde estudió Economía.
Sin embargo, todo cambió cuando apareció Federico de Alzaga, uno de los descendientes de Martín de Alzaga. Según el libro la mujer le dio un ultimátum “o nos casamos o me voy” y por los hechos, parece que el destino no era junto a él.
Su última relación antes de su actual esposo fue con un piloto de United Airlines antes de conocer a Christopher, un noble inglés, muy allegado a la familia real británica con quien, una vez más, se ilusionó. “Estaba en llamas. Christopher era atractivo y pertenecía a la nobleza. No lo quería dejar escapar”, revela Rodolfo Calderón.
Máxima “creyó que era el indicado, qué sucedería lo que había decretado a los 17 años”. Sin embargo, a las pocas semanas de empezar a salir, ella misma determinó que su vínculo con aquel hombre espléndido no iba a prosperar porque “la aristocracia británica es muy elitista”.