No hay duda alguna de que los Países Bajos tienen a una monarca muy querida. Máxima de Holanda llegó para quedarse. La argentina se ha convertido en una personalidad muy querida de su realeza, de Europa y el mundo, pues es alguien que no ha tenido miedo a mostrarse sin maquillaje frente a las cámaras y mantener en ocasiones una imagen mucho más natural, pero esto no elimina que requiera de algunos “retoques” cuando se habla de su vida pasada.
Máxima de Holanda es muy querida, sí, pero así como ocurre con Letizia y cualquier persona con poca notoriedad que se involucra con la corona, tienen un pasado que luego los medios se esfuerzan en desgranar tanto como puedan. Puede resultar muy controversial lo que allí se encuentre, al punto que prefieran que detalles como esos sean olvidados con el tiempo, aunque es difícil que eso ocurra pero no elimina que lo intenten, como es el caso de la reina consorte de Holanda.
Detalles que no se cuentan de Máxima de Holanda, muchos novios millonarios
Así como otras personas que han llegado a la corona, el acusar a la esposa de Guillermo de Holanda de ser una “cazafortunas” no sería descabellado. Antes del rey hay mucha historia que contar sobre la monarca, pero una parte de ella es la de sus relaciones amorosas, un aspecto en la vida de Máxima de Holanda con la estabilidad de una zona sísmica, y del cual seguramente ella preferiría que no se hiciera demasiado eco.
Antes de enumerar algunos de los hombres que han pasado por la vida de la monarca podríamos recordar la forma en la que “conoció” a su esposo Guillermo de Holanda, y fue gracias a una ex compañera de uno de los lugares donde estudió: la prestigiosa Northlands School, donde esta compañera le ofreció dos hombres, “uno muy rico, y otro muy atractivo”. Máxima Zorreguieta no se lo pensó dos veces y se fue por el rico, ese hombre era, por supuesto, Guillermo de Holanda.
Entre los hombres que han tenido un papel en la vida de Máxima de Holanda, podríamos empezar con el que le presentó el glamour de la alta sociedad, Federico de Alzaga, descendiente de un virrey con el que la ahora reina pensó que tendría la vida resuelta. Se esperaba que le propusiera matrimonio y como el anillo nunca llegó, ella se lo pidió y amenazó con irse si no se casaban, y tuvo que hacer las maletas.
Pero las cosas no acabarían allí para Máxima Zorrieguieta, eventualmente empezaría su vida en Nueva York, muy marcada por descontroles y conocer a muchos hombres adinerados, empezando por Raúl Sánchez Elías, quien no necesariamente fue una pareja sino más bien el cicerone de la ahora reina, quien además le presentó a varios caballeros con los que terminó haciendo buenas migas.
Orlando Muyshondt fue otro millonario en su vida, un salvadoreño que a pesar de su dinero duró poco con Máxima de Holanda. Esto no es extraño pues la brevedad era una constante en las relaciones de la ahora monarca, quien tiempo después se mudaría a la villa de Marc Biron, un lugar conocido por cosas como tener un jacuzzi con gente desnuda a cualquier hora del día y ser “ese” lugar donde es normal que ocurran “animaladas”.
El último adinerado del que se tiene registro es Christopher, un británico que como el resto tampoco es que haya durado demasiado, pero marcó el punto y final para dar paso a ese lugar en el que esa compañera que mencionamos arriba, de nombre Cynthia Kaufmann, la cual le presentaría a un hombre atractivo, y al que sería su esposo, alguien muy rico.