El mundo de la realeza es estéticamente de ensueño, una dimensión superpuesta con la nuestra en la cual las imperfecciones son intolerables. Todo debe ser estético, perfecto, sin detalles, sin arrugas, y la edad no perdona, pero tampoco lo hacen las críticas. Sin embargo, en todas partes hay rebeldes, personas que van en contra de la norma, o simplemente les da lo mismo, como es el caso de una de las royals más queridas de la actualidad, Máxima de Holanda.
Reina elegante, embajadora casual
Por lo general la dualidad se critica, la doble cara de una persona debajo y fuera del foco es motivo de comentarios negativos y hasta burlas, sin embargo, la dualidad de Máxima de Holanda resulta exquisita porque no se trata de un cambio de moral, sino de estilo. A diferencia de sus equivalentes en otros países, es conocida por su simpleza y naturalidad, en un muy buen sentido.
Cuándo debe cumplir con responsabilidades reales sí podemos verla notablemente más arreglada, con vestidos y joyas a la altura, sin embargo, esto cambia en otros ambientes, pues cuando cae la máscara de reina, tenemos a una dama con vestimentas no tan elegantes, pero que no dejan de destacar y encantar a sus seguidores. Para ejemplos, tenemos su llegada a Tanzania el pasado 2022 la cual dio la vuelta al mundo y por buenas razones.
Cuando Máxima de Holanda bajó del avión su aspecto causó revuelo. Para empezar, no llevaba maquillaje, y no solo eso, sino que llevaba al descubierto lo que parecían ser calcetines. Estos eran visibles por la vestimenta que escogió, que eran unos pantalones tobilleros de color negro y unos mocasines de la marca Banana Republic. Sin embargo, no se trataba de calcetines realmente, sino que son medias de compresión, pues a la reina se le suelen hinchar los tobillos en viajes largos, motivo por el cual recurre a estas medias, así lo evita y de paso mejora la circulación y evita una trombosis.
Este dato fue especificado al medio Vanitatis por la periodista Imane Rachidi, pero en general la apariencia de Máxima de Holanda desprendía una naturalidad que sería, por ejemplo, imposible de imaginar en Letizia, quien sería básicamente el opuesto a la forma de la reina de países bajos de llevar las cosas, no solo en cuanto a atuendos, sino a físico.
Sin botox ni similares, Máxima de Holanda se mantiene 100% natural
Sabemos que el tiempo no afecta a todos por igual, el cuidado personal y la genética hacen un papel muy importante en el desarrollo de toda persona a lo largo de su vida, y en la realeza la gran mayoría suele resolverlo con tratamientos estéticos más o menos intrusivos. Máxima de Holanda rechazó esa idea y se va por el camino de lo 100% natural, sin ningún tipo de tratamientos con botox ni ácido hialurónico, a pesar de esto, muchos concordarán en que la argentina luce despampanante a sus 52 años.