Durante muchos años se vendió en nuestro país que el matrimonio formado por los hoy reyes emérito Juan Carlos y Sofía era un matrimonio idílico. Sin embargo, hoy en día ya se sabe que, incluso antes de casarse, la pareja no fue nunca feliz y que, más allá de que se tratara de un matrimonio de conveniencia, cada uno hizo su vida por su lado, sobre todo un Juan Carlos que no tuvo en la fidelidad precisamente uno de sus mejores atributos.
Eso sí, de cara a la galería siempre se daba la imagen de familia y de matrimonio unido, entre otras cosas porque era lo mejor para la institución y para la corona. Y eso es lo que esta sucediendo ahora mismo también con los actuales reyes, aunque a una escala mucho menor.
Entre otras cosas porque, a diferencia de lo que ocurrió con sus padres, Felipe sí que se casó por amor con Letizia, pero su relación se ha ido enfriando con el paso de los años y hoy en día es un matrimonio que está muy lejos de poder presumir de pasar por su mejor momento.
Las vidas separadas de los reyes
Cuentan desde el entorno de la casa real que el día a día de los dos no es precisamente el de un matrimonio unido. Teniendo en cuenta que Letizia se ha encargado de ir eliminando poco a poco a su familia política de la agenda real, ella tiene ahora mucho trabajo en este sentido y es una de las grandes armas de la institución, de ahí que esté, ahora que sus hijas ya no está en casa, centrada plenamente en su trabajo.
En cuanto a Felipe, que siempre ha tenido muchos más compromisos que su mujer, cuenta que sigue trabajando como siempre pero que, además, aprovecha los pocos ratos libres que tiene no precisamente para pasar tiempo con su mujer, sino para ir a ver a su madre, la reina emérita Sofía así cómo para pasar tiempo con viejos amigos como cuando era más joven.
Evidentemente los dos saben muy bien cómo comportarse en público para dar la imagen de matrimonio unido y feliz, pero no es que sea ningún secreto que sus mejores días como pareja son cosa del pasado.