Desde muy joven, la realidad de Carolina de Mónaco estuvo rodeada de rumores, polémicas y habladurías de cualquier índole. Parece que la Casa Real monegasca no puede evitar ser objeto de estudio y filtraciones para la prensa. Su matrimonio con Ernesto de Hannover tampoco ha ayudado a mantener su vida privada oculta, todo lo contrario. De hecho, trascendió el motivo por el cual su relación acabó mal.
Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover se conocían desde pequeños, crecieron en los mismos círculos sociales. Su vínculo era uno de los más prometedores, finalmente, la unión de dos familias afines. Tenían, de cara al público, todos los ingredientes para triunfar. Y aunque hubo cierta complicidad en sus primeros años de matrimonio, no estaba ‘destinado’ a funcionar. Son muchas las razones por las que su historia terminó mal, aunque la pérdida que sufrieron ambos fue trascendental.
En 1990, la hija de Raniero III quedó viuda. Su esposo, Stéfano Casiraghi, falleció en un accidente. Una ola impactó gravemente su embarcación en el campeonato de offshore. En tanto, el que podría haber sido rey de Alemania, sufrió la traumática despedida de su hermano menor, Ludwig Rudolph. Una muerte que marcó su vida.
El accidente que se interpuso entre Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover
Mujer Hoy recoge que el príncipe Ludwig Rudolph era el pupilo de Ernesto. El benjamín de la familia se tituló en derecho. No obstante, su pasión era la producción musical. Una vez que se sumergió en la industria, descubrió más que música y celebridades. Lo cierto es que le dio la bienvenida a las drogas.
Años después, conoció a la condesa Isabella Maria von Thurn und Valsássina y se enamoró. Tuvieron un maravilloso enlace, lujoso y reseñado. Tras las nupcias, se mudaron a Austria y más adelante nació su hijo, Otto. Desgraciadamente, la felicidad y vida conyugal no duró más que unos meses. En 1988, Isabella murió de una sobredosis. Según explicó Der Spiegel, los aristócratas eran adictos a la heroína y a la cocaína. La autopsia determinó que la sobredosis de cocaína la había hecho perder el conocimiento y, seguidamente, ahogarse.
El príncipe avisó a las autoridades que había encontrado a su mujer sin respiración y su precedente consumo de drogas. El siguiente al que llamó fue a su hermano mayor, a quien le pidió que cuidara de su hijo. Y ya para finalizar, se fue al pabellón de caza y se disparó.
A esta tragedia habría que añadir los desesperados intentos por conservar a su sobrino y el fracaso en el juicio contra los abuelos maternos de la criatura. Así que la pérdida se multiplicó, no pudo cumplir la promesa que le hizo a su protegido. Este es un peso del que nunca pudo deshacerse, la compañía de su mujer no ayudó y recurrió a las drogas y el alcohol. Lo que, a su vez, destruyó su matrimonio.
Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover continúan casados legalmente. Es un matrimonio ficticio, desde hace años que no comparten techo ni son cercanos.