Resulta curioso ver el cómo el parentesco y el paso del tiempo se fusionan en uno y dejan en evidencia el increíble parecido entre familiares, hay un caso muy particular en la realeza de Mónaco que exhibe muy bien uno de estos casos, involucra a una de las figuras más representativas de la casa real, Charlene de Mónaco.
Lynette Humberstone Wittstock y Charlene de Mónaco son dos gotas de agua
Cuando Charlene de Mónaco se enfermó de gravedad, pasó varios meses en Sudáfrica en proceso de recuperación, nunca se dieron demasiados detalles respecto a su misteriosa enfermedad, dio mucho de qué hablar pues lo que iba a ser un viaje de unos pocos días se convirtió en una estancia de meses, al regreso de Charlene, sus padres han tomado la decisión de mudarse a Mónaco, se intuye que esto fue a causa de la salud de Charlene pues, aunque no está confirmado, sus padres siempre han sido especialmente atentos al bienestar de su hija.
Una de las cosas de las que se pudo percatar la prensa y el público durante la llegada de Michael K. Wittstock y Lynette Humberstone Wittstock, es el increíble rostro y físico que mantiene la madre de Charlene de Mónaco, a sus 66 años ha envejecido como el buen vino, además, las comparaciones con su hija no son descabelladas, las dos son dos gotas de agua.
No se tiene certeza de los planes de los padres de Charlene de Mónaco, pero su relación es muy cercana, a lo largo de los pasados años siempre han volado entre Sudáfrica y Mónaco para visitar a Charlene así como a sus nietos, la verdad no se espera que Michael Wittstock o Lynette Humberstone digan demasiado al respecto, pues desde el 2015 la familia cuenta con un portavoz con la finalidad de que los padres de Charlene no tuvieran que relacionarse con la prensa, esto ocurrió después del nacimiento de sus nietos, y en base a esto corrieron los rumores de que el portavoz en realidad funcionaría como una forma de evitar que los padres de Charlene de Mónaco no filtraran información de más, esta decisión vendría de parte del palacio.
Lynette Humberstone Wittstock pasó su sueño a su hija
Así como Charlene de Mónaco es nadadora y goza de una remarcable figura, varios de estos atributos también los encontramos en su madre, quien toda la vida ha tenido, además de una buena figura, un rostro impoluto en el cual todos resaltan sus ojos, y una melena rubia que la vuelve muy reconocible.
Si su hija llegó alto en la natación, es porque Lynette Humberstone Wittstock puso todo su esfuerzo en que su hija cumpliera su sueño, cuando joven, la madre de Charlene deseaba representar a Zimbabwe en las olimpiadas, sueño que no logró cumplir por su parte, pero decidió que su hija sería una campeona olímpica, y aunque no lo logró, se sabe que su participación en los juegos olímpicos fue suficiente para enorgullecer a su madre.