El género aún importa cuando se trata de la realeza monegasca. Carolina de Mónaco fue una de las víctimas de la costumbre más conocida del pasado, la ‘Ley Agnaticia’. Sin embargo, esta es una coincidencia poco positiva que también comparte con su pequeña sobrina Gabriella, hija de Alberto y Charlene.
La mayor -por segundos- de los mellizos, sufrió las consecuencias de nacer en un país donde la derivación de la ‘Ley sálica’ sigue vigente. Pues resulta que a pesar de haber venido al mundo dos minutos antes que su hermano, Jacques Honoré Rainier, Gabriella Thèrése Marie no podrá acceder al trono.
De acuerdo con lo establecido por el artículo 10 de la constitución monegasca, “la sucesión al trono abierta por la muerte o abdicación se lleva a cabo en los descendientes directos y legítimos del príncipe reinante, por orden de primogenitura con prioridad masculina en el mismo grado de parentesco”.
Cabe destacar que, cuando Charlene de Mónaco estaba embarazada generó muchas dudas a todos ya que esperaba gemelos. Muchos se preguntaban ¿sería el primero en nacer el heredero? ¿Decidiría Alberto quién sería el nuevo príncipe cuando sus hijos tuvieran una edad considerable para saber cuál era el más apto?
Ante las interrogantes, Alberto dejó claro en una entrevista que “en caso de gemelas o de gemelos, será la primera o el primero que nazca. En el caso de un niño y una niña, será el niño. En el caso de gemelas, y si luego un chico viniera a ampliar nuestra familia, recaerá en él el título de príncipe heredero”.
Esta decisión fue sencilla para el soberano porque en Mónaco aún se rigen por la ‘Ley Agnaticia’, una variante de la ley sálica, que sitúa a las mujeres por detrás de los hombres en la línea de sucesión al trono, aunque ellas sean mayores en edad que ellos.
Pero Gabriella no es la única, esta es una situación algo similar a la que experimentó su tía Carolina de Mónaco, quien fue desplazada inmediatamente cuando nació su hermano, el príncipe Alberto. Lo mismo ocurrió con la Infanta Elena o Marta Luisa de Noruega, quienes también se vieron desplazadas por sus hermanos.
Sin embargo, en el caso de la hija de Charlene, puede que sea la última víctima de esta ley, ya que tal como lo reseña Ok Diario, es absolutamente necesario que las monarquías avancen al tiempo que la sociedad.
Alberto desea que su hija tenga un papel relevante
Aunque ya esté establecido el papel que desempeñará Gabrielle en la familia y aunque en la actualidad no parece caber la posibilidad de un cambio, lo cierto es que el príncipe Alberto sí que ha manifestado su deseo de que su hija tenga un lugar relevante en el futuro del Principado y que comparta responsabilidades con su hermano. Algo para lo que ya ambos están recibiendo la formación requerida. El soberano ha recalcado en varias ocasiones que su hija tiene un carácter más extrovertido que el del heredero y que los dos se complementan a la perfección, indica el citado medio.