Desde su llegada a Zarzuela a principios de la década de los 80, la princesa Irene, conocida como la tía Pecu, ha experimentado una transformación sorprendente en su posición dentro de la familia real española. Inicialmente, su llegada fue un acto de clemencia por parte del rey Juan Carlos, pero con el tiempo, su presencia se ha vuelto un tema espinoso, especialmente con la ascensión de Letizia como reina consorte. Hoy, la hermana de la reina Sofía se encuentra en el epicentro de una creciente controversia que amenaza con romper lo poco queda de la armonía familiar en la Zarzuela.
Para entender este drama real, es crucial remontarse a 1981, cuando la princesa Irene llegó a Zarzuela, buscando refugio tras la muerte de su madre, la reina Federica. En ese momento, soltera y sin ningún respaldo, ya que el gobierno socialista griego le había confiscado sus bienes, despojándola de pasaporte y nacionalidad, Irene pasaba la mayor parte del tiempo confinada en su habitación para no perturbar la privacidad de la familia Borbón, lo cual irritaba al rey Juan Carlos, quien fue el responsable de acogerla en el palacio. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la situación ha experimentado un cambio drástico. La Tía Pecu, conocida por su peculiaridad, ha sido excluida por órdenes de Letizia de los eventos y las comidas familiares, generando una gran tensión en el Palacio.
A pesar de estar casada, la reina Sofía también ha experimentado una vida de soledad, marcada tanto por las humillaciones de Juan Carlos I como por las de Letizia. Sin embargo, a lo largo de toda su vida, ha mantenido su papel institucional sin desviarse. Su hermana Irene siempre ha sido un pilar fundamental, siendo inseparables. Irene ha estado a su lado en los momentos buenos y malos. Además, duermen y almuerzan juntas, preferiblemente con la luz apagada. Sin embargo, la información más reciente indica que la tía Pecu ya no tendrá acceso al comedor principal.
Descontento recíproco: resentimientos entre Letizia y la princesa Irene
El desagrado entre Letizia y la princesa Irene no es unilateral. La hermana de la emérita también guarda resentimientos hacia la actual reina, a quien considera una amenaza para la estabilidad familiar. Irene, leal a la reina Sofía, ve cómo su presencia en Zarzuela se desvanece, limitándose incluso su interacción con las jóvenes Leonor y Sofía. Ahora, el conflicto entre ambas reinas y la princesa Irene amenaza con socavar la imagen de unidad que la Familia Real busca proyectar.
La princesa Irene enfrenta la exclusión y un diagnóstico de Alzheimer a sus 81 años
En la actualidad, solo cuatro integrantes de la Familia Real residen en Zarzuela: Felipe, Letizia, la reina Sofía y la princesa Irene. Esto se debe a que Leonor está llevando a cabo su formación militar en la Academia Militar de Zaragoza, mientras que Sofía está inmersa en sus estudios de Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales. A pesar de ello, el propósito preciso de la permanencia de la hermana de la emérita, financiada por fondos públicos, permanece en la oscuridad. Las especulaciones y cuestionamientos acerca de su rol se intensifican, especialmente con la revelación de un diagnóstico de Alzheimer a sus 81 años.