Los tiempos han cambiado desde que la esposa de Felipe VI ha impuesto su dominio sobre la familia real, desde los miembros bienvenidos en Zarzuela, hasta la comida que se sirve en la mesa todos los días, esto anteriormente era una tarea de la reina Sofía, pero era obvio que pasaría a manos de Letizia por, primero, su notable intención de controlar todo en la realeza, y segundo, su pasión por la gastronomía.
Las cosas eran muy diferentes con la reina Sofía, quien incluso resguardaba a sus sobrinos en más de una ocasión
Hoy día resulta impensable que los sobrinos de Felipe VI y Letizia pongan un pie sobre Zarzuela, largo y tendido se ha hablado de las intenciones de la esposa de Felipe VI de separar al núcleo de la familia real de malas juntas, corrupción y polémicas, el caso Nóos le ha dado algo de razón, pero correcto lo que hace Letizia o no, los cambios son en efecto notables, por ejemplo, acabó con la “sala secreta” que tenía la reina Sofía para situaciones especiales.
La esposa de Juan Carlos I es una mujer 100% dedicada a su familia, su amor es inconmensurable y para ejemplos, el amor que siente por Felipe VI, de quien dice estar “enamorada”, pero no se limitaba a su hijo, sino también a sus nietos, por allá por el año 2007 cuando la infanta Elena y Jaime de Marichalar se separaban, la reina acogió a sus hijos, durante esos mismos días había cancelado su asistencia a XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, esto se supo principalmente porque Juan Carlos I sí asistió, y no conforme con eso, generó un encuentro tenso con el, en aquel momento, presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a quien le dijo “¿Por qué no te callas?”.
Cuando la infanta Elena y Jaime de Marichalar se separaron, la hermana de Felipe VI tomó sus cosas y a sus hijos y se fue a Zarzuela, fue acogida por Sofía hasta que posteriormente se movió a un chalet en Fuente del Berro, el divorcio fue cerrado tres años después, pero antes y después de eso, Sofía nunca dejó de poner atención en sus sobrinos.
La sala de los niños borbones
Después de que todo el caso Nóos saliera a la luz, la reina Sofía seguía abierta y encantada a acoger sus nietos, lo hacía cada verano, con tal de que pudieran asistir a su curso de vela, por su parte, la infanta Cristina, a diferencia de Iñaki Urdangarin, aún era bienvenida en el palacio de Marivent, por su parte la reina Sofía tenía una idea que dejaba a todos encantados, una sala en la cual había una cama para cada uno de los niños, de forma que pudieran convivir juntos, esto fue así hasta el año 2012, donde Urdangarín impuso un ultimátum, donde, o eran todos aceptados, o nadie lo sería, el resto es historia, los hijos de la infanta Cristina no terminaron su amado curso de vela, la familia se retiró a Barcelona, posteriormente el caso Nóos generó sus consecuencias, Iñaki Urdangarin fue encarcelado, liberado, y a día de hoy, con Letizia vigilante en Zarzuela, es difícil que las vivencias durante la época de Sofía vuelvan a repetirse.