La relación entre los reyes Felipe VI y Letizia ha estado en el centro del escrutinio público y de la especulación a lo largo de los años, y todo lo último que ha sucedido alrededor de ellos sugiere que su situación se ha vuelto cada vez más tensa y problemática. Se habla de un distanciamiento evidente entre la pareja real, marcado por una serie de conflictos y desacuerdos que han minado su relación, aunque el principal causante de esto es Jaime del Burgo.
Los rumores de problemas en el matrimonio real no son nuevos, pero las recientes filtraciones por parte del ex amante de la consorte apuntan a una situación aún más complicada de lo que se creía. Todo esto ha provocado que Letizia haya sido apartada y marginada dentro del Palacio Real, perdiendo influencia y poder en los círculos internos de la monarquía. Esta pérdida de estatus y relevancia ha dejado a Letizia sintiéndose vulnerable, convencida de que está siendo vigilada y monitoreada por un sistema de espionaje interno que maneja su esposo.
Letizia cree firmemente que el personal de Zarzuela, especialmente el servicio de seguridad, está conspirando en su contra por orden directa de Felipe VI. Siente que está siendo observada constantemente, que sus movimientos están siendo rastreados y que su privacidad está siendo invadida. Esta sensación de paranoia y desconfianza ha generado un clima de tensión y ansiedad en su entorno, incrementando aún más los problemas en su matrimonio.
La reina consorte no está pasando por su mejor momento dentro del palacio real
La creencia de Letizia de que hay espías dentro de Zarzuela puede ser un reflejo de su propia inseguridad y descontento con su situación actual. Se ha hablado de que su aislamiento y marginación dentro de la familia real han contribuido a su deterioro emocional y psicológico, alimentando sus sospechas y temores sobre una conspiración en su contra.
El distanciamiento entre Felipe VI y Letizia ha sido evidente en numerosas ocasiones, con rumores persistentes de tensiones y disputas entre la pareja real. Se habla de desacuerdos sobre asuntos de estado, diferencias en la crianza de sus hijas y conflictos personales que han acabado con la relación que un día estuvo en su mejor momento.
La esposa del rey, en particular, se ha sentido cada vez más aislada y desplazada dentro de la familia real, enfrentando dificultades para adaptarse a su papel como consorte. Su personalidad fuerte y decidida ha chocado con las tradiciones y expectativas de la realeza española, además de que literalmente no la quieren dentro del palacio, pero está allí debido a su papel de reina.
Es por todo esto que la consorte Letizia se enfrenta a un futuro incierto en el palacio real. De salud está muy mal por todo lo comentado y su paranoia respecto a que la están vigilando crece cada día que pasa, lo cual no es nada sano para ella y ya se ha notado en su pelo y su peso.