Pocas veces se ha ahondado en la verdadera historia de Letizia Ortiz Rocasolano. Su paso de periodista a reina la convirtió en un enigma público. Sin embargo, tras los flashes y los protocolos reales, su pasado encierra secretos dolorosos. ‘Adiós Princesa’, obra de su primo David Rocasolano, revela una Letizia distinta: ateísta, republicana, calculadora y determinada.
Existen dos aspectos íntimos en la vida de Letizia que dejaron una marca en su personalidad, ambos ocurrieron antes de convertirse en reina: un divorcio y un aborto. Su divorcio es un hecho conocido: Mantuvo una relación con su profesor de literatura del instituto, Alonso Guerrero, cuando Letizia aún era menor de edad. Él tenía 27 y ella 17 cuando iniciaron su romance. Se casaron por lo civil, pero su matrimonio resultó ser fugaz y problemático, apenas duró 18 meses. Hasta ahora, la causa precisa de la separación había permanecido desconocida, pero según la revista Lecturas, fue debido a una infidelidad.
La revista 'Lecturas' nos sumerge en el primer matrimonio de Letizia, una etapa que dejó una huella imborrable en su vida, aunque no precisamente por motivos positivos. "Fue una ceremonia íntima en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Almendralejo (Badajoz), localidad del novio, frente a apenas cien invitados. Oficiaba la boda el alcalde y fue una boda civil por expreso deseo del novio", indican desde la mencionada revista. No hay registros públicos de fotografías de este evento. Además, Letizia optó por una ceremonia sin connotaciones religiosas debido a que no profesaba la fe católica.
El tormento de Letizia: consecuencias de una dolorosa infidelidad
El matrimonio de Letizia con Alonso se vio marcado por dificultades, culminando en su separación después de dieciocho meses por una situación de infidelidad, aunque la revista 'Lecturas' no esclarece quién fue el infiel. Sin embargo, allegados del escritor mencionan que Letizia experimentó un período de gran sufrimiento, evidenciado por la pérdida considerable de peso, atribuida a la presencia de terceras personas en su matrimonio y a la depresión que sufrió al descubrir la traición de su esposo, por lo que tuvo que recurrir a antidepresivos y ansiolíticos para sobreponerse. No obstante, la revista menciona que Letizia todavía muestra los efectos de esa extrema delgadez.
El cambio en la dinámica: Letizia fortalece su postura ante la infidelidad
Debido a estas experiencias, Letizia ha establecido un principio fundamental en su vida y su matrimonio con Felipe VI: una absoluta intolerancia a la infidelidad. A lo largo de su relación con el rey Felipe VI, ha expresado claramente su incapacidad para tolerar la deslealtad y ha reafirmado su determinación de separarse en caso de engaño, una postura drásticamente opuesta a la de la reina Sofía. Sin embargo, la dinámica ha evolucionado con el tiempo, particularmente tras la llegada de sus hijas, cuya custodia, mediante acuerdos matrimoniales revisados, se mantiene bajo la tutela del rey en caso de divorcio. Con el paso del tiempo y el crecimiento de la independencia de sus hijas, especialmente de la princesa Leonor, quien acaba de cumplir la mayoría de edad, la situación ha cambiado. Letizia se encuentra ahora en una posición reforzada y está lista para proteger tanto sus propios derechos como los de sus hijas en un eventual escenario de traición.