Es más que evidente que, como bien saben todos aquellos que llevan siguiendo de cerca las noticias de la casa real española desde hace ya muchos años, la relación entre el rey Felipe VI y su mujer, la reina Letizia, no es actualmente ni de lejos la misma que era hace apenas unos años.
Es cierto que en realidad los únicos que saben realmente lo que está pasando en el matrimonio son ellos, pero hay ciertas actitudes y ciertos comportamientos que no hacer otra cosa que dar la razón a todos aquellos que aseguran que el matrimonio está más que roto y que, de hecho, el único motivo por el cual siguen juntos a nivel oficial es para dar estabilidad a una institución que en los últimos años ha tenido ya muchos terremotos internos.
La relación entre Felipe y Letizia es cada vez más profesional y menos personal
Es más, el hecho de que el rey haya pasado los últimos fines de semana, los días de la semana en los que en teoría debería de aprovechar para pasar tiempo con su mujer y sus hijas, lejos de Letizia y en compañía de algunos amigos no hace otra cosa que corroborar la sospechas que tienen muchos.
Y es que no son pocos los que argumentan que, especialmente ahora que las hijas de los Reyes ya se han hecho mayores y no duermen en la Zarzuela, la relación entre Felipe y Letizia se ha enfriado tanto que están solo coinciden en actos oficiales y, cuando lo hacen, por mucho que intenten dar una imagen de ser una pareja unida, hay ciertos gestos que no son precisamente muy naturales.
Más allá de todo el revuelo que causaron los famosos tweets de Jaime del Burgo, lo cierto es que, sin la compañía de sus hijas y con una relación con su marido cada vez más fría, Letizia está cada vez más sola en su día a día, y eso es algo que precisamente no quería que ocurriera, entre otras cosas porque sabe muy bien que su peso en la institución va a ir cayendo poco a poco.