Cuando se trata de las relaciones de Letizia con sus círculos cercanos, lo que más resuena siempre es la espantosa relación que ha mantenido con la familia de Felipe VI durante todos estos años, la cual va cada vez a peor; así también como la buena relación que mantiene con su madre, Paloma Rocasolano, la cual es una integrante más de la familia real prácticamente gracias a los beneficios que le ha otorgado su hija por encima a los de prácticamente cualquier miembro de la familia real.
Fuera de su madre, muy poco es lo que sabemos de la relación de Letizia con el resto de su familia, aunque sí sabemos que con su padre la relación es cada vez peor, pero así como se aleja de la familia de su esposo, también se aleja de la suya propia en algunos casos, tenemos de ejemplo el de la sobrina de Letizia, Carla Vigo.
La sobrina de la reina fue internada de urgencias el pasado 19 de agosto motivo de sus problemas constantes de salud. El pasado mes de marzo dedicó un momento a hablar de su trastorno de bulimia con sus seguidores, añadiendo además un problema adicional de autopercepción llamado TCA, el cual genera, según su percepción, su imagen corporal. Esto lo afronta desde los 14 años.
Durante el 19 de agosto, la sobrina de Letizia pasó varias horas en urgencias hasta que finalmente se le dio el alta y fue buscada por sus abuelos, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, quienes la recibieron con un cálido abrazo y no la soltaron en un buen rato. No escatimaron en demostrarle el cariño necesario a su nieta, mientras tanto, se denotó que otras personas brillaron por su ausencia, como la reina.
Se le criticó a Letizia la falta de ayuda que se le proporcionó a Carla Vigo, quien estaba pasando por una situación complicada desde hace tiempo y en ningún momento ha recibido la mano de su tía en solidaridad. La mano de hierro de Letizia es inquebrantable y parece ser que de ninguna forma va a romper su plan permanente de evitar todo tipo de relación que pueda comprometer de cualquier forma su imagen o la de la casa real, aunque eso implique dejar a alguien de lado en situaciones de este estilo.
No resulta sorprendente viniendo de Letizia
La reina es una persona de convicciones y necesidades propias, es algo que ha demostrado a pulso con los años y no parece que eso vaya a cambiar en mucho tiempo. Bastan para demostrarlo los conflictos sobre los que se lee a diario entre la reina consorte y prácticamente cualquier otra persona de la familia real, o con el propio Felipe VI, con quien se ha mantenido en guerra constante por intentar determinar la educación de sus hijas. Nuevamente no se trata de ninguna situación nueva, pero nos recuerda que al final del día, Letizia solo mueve la mano cuando algo realmente es de su interés.