La corona ha entrado a una era completamente nueva desde diciembre de 2023. En parte no es demasiado sorprendente para algunos pues se consideraba un secreto a voces. Letizia nunca fue del agrado de muchos y las sospechas venían de todas partes. Se le tachaba de desleal desde hace tiempo y a todo esto se sumaban las acusaciones de crisis en el matrimonio durante varias etapas de su relación. Ahora que ha salido lo de Jaime del Burgo, muchos han dado por confirmadas sus sospechas, hundiendo la imagen de Letizia hasta el fondo del mar.
Lo que ha hecho la reina no es poca cosa y menos si tenemos en cuenta la imagen que tanto ha intentado mantener durante los últimos años, una reina que siempre ha hecho todo por el bien de la corona. En nombre de su misión por purificar la imagen de la casa real ha hecho de todo, muchas veces en contra del resto de los Borbón, dejando fuera de Zarzuela a casi todos los familiares de Felipe VI, entre estos Juan Carlos I, a quien siempre criticó por su mala imagen pública y sus infidelidades.
Jaime del Burgo no fue el único, Letizia multifacética frente a múltiples amantes
Lo que se sospecha que más aterra a Zarzuela justo ahora no es que se haya descubierto la relación de Jaime del Burgo con la consorte Letizia, sino que más bien el abogado es tan solo la punta de un muy profundo Iceberg que la corona ha escondido durante años. Jaime Peñafiel, autor del libro “Letizia y Yo”, da un indicio sobre esto pues aseguró que solo utilizó en su libro lo mínimo para que de esta forma no fuese tan controversial, y a pesar de que fue el propio Jaime del Burgo quien soltó la bomba después de la publicación del libro, podría ser un fuerte ejemplo para aquellos que quizá fueron amantes de la consorte y han guardado silencio todo este tiempo.
Durante esta época de infidelidades de la consorte, Letizia siempre habría sido lo más precavida posible, obviamente evitando a toda costa utilizar su nombre y mucho menos demostrar que tenía vínculo alguno con Felipe VI. De esta forma logró ocultar sus relaciones durante un tiempo y habría sido una práctica común para ella cada vez que se citaba con alguien que no era su esposo con las mismas intenciones de Jaime del Burgo.
La imagen de Letizia ha quedado hecha pedazos
Lo que queda totalmente claro es que a pesar de que no hubiera más amantes repartidos por ahí, Letizia va a tener que hacer algo con su imagen. Lamentablemente para ella ya no sería tan fácil como cambiarse el nombre para pagar una cena o una habitación de hotel. Su imagen como reina está hecha añicos y poco puede hacer para repararlo, aunque ciertamente sería mucho peor para ella y para la corona si apareciese otro Jaime del Burgo dispuesto a contar lo que sabe sobre la consorte.