En el año 2003, Felipe y Letizia se preparaban para dar un paso crucial en su relación: la petición de mano. Sin embargo, eran conscientes de que esta decisión no sería bien recibida por los reyes Juan Carlos y Sofía. Antecedentes como el fracaso de la relación del príncipe Felipe con Eva Sannum habían sembrado desconfianza en la familia real hacia posibles candidatas, y Letizia no era la excepción.
La prensa del corazón y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se embarcaron en una investigación sobre el pasado de Letizia Ortiz Rocasolano en busca de algún escándalo que pudiera desestabilizar la relación. Fue entonces cuando salió a la luz un secreto que podría poner en peligro la unión entre Felipe y Letizia: el aborto voluntario de esta último un año antes de comprometerse con el príncipe.
Felipe y Letizia ocultaron un aborto a la reina Sofía y a toda España
Ante esta revelación, Felipe y Letizia recurrieron a un plan desesperado para ocultar la verdad a la reina Sofía. El primo de Letizia, David Rocasolano, fue convocado en Zarzuela para una tarea delicada: obtener y destruir todas las pruebas relacionadas con el aborto de Letizia en la clínica Dator de Madrid.
La premisa era clara: si la madre de Felipe descubría la verdad, la boda se vería comprometida. Así, con la complicidad del primo, Felipe y Letizia orquestaron un operativo clandestino para eliminar cualquier evidencia que pudiera poner en peligro su compromiso matrimonial.
Felipe pidió eliminar las pruebas personalmente
A pesar de tener a su disposición todos los recursos del Estado, Felipe optó por confiar en su primo para llevar a cabo esta misión. Este acto, que podría compararse con un "golpe de Estado íntimo", aseguró la viabilidad del matrimonio real a pesar de las objeciones de la reina Sofía y el cardenal ultraconservador Rouco Varela.
Nueve días antes de la petición de mano, el primo logró obtener los documentos de la clínica y los destruyó, garantizando así que el secreto quedara sepultado para siempre. Este acto permitió que se llevara a cabo un matrimonio que, de lo contrario, habría sido vetado por la Iglesia debido a la excomunión automática que implica un aborto voluntario.