El matrimonio de Felipe VI y Letizia ha enfrentado desafíos significativos a lo largo de los años. Aunque inicialmente presentaron su romance como un cuento de hadas moderno, donde un príncipe se enamora profundamente de una plebeya, la realidad distó mucho de esa narrativa idealizada. En el año 2013, la pareja atravesó una de sus etapas más difíciles, atribuida en un principio al estallido del caso Nóos y las implicaciones de Juan Carlos I en delitos de corrupción. No obstante, información reciente ha revelado que la verdadera raíz de esta crisis se encontraba en la relación extramarital de Letizia con Jaime del Burgo, el ex marido de Telma Ortiz.
Terapia como último recurso: una relación en ruinas
En aquel momento, Letizia se encontraba en una encrucijada entre el amor y la ambición, ya que no quería perder la oportunidad de convertirse en la mujer más destacada de España. Sin embargo, su desliz con Del Burgo ya había hecho mella en su relación con Felipe. Los problemas en la intimidad no tardaron en manifestarse, ya que el hijo de Juan Carlos I no estaba dispuesto a tener intimidad con la mujer que lo había traicionado. Debido a esta situación, optaron por buscar ayuda profesional a través de terapia para intentar reconstruir su matrimonio. Desde entonces, han atravesado altibajos, pero han permanecido juntos, y Felipe ya había extendido su perdón a Letizia.
El 'cornudo más grande de España': un titular doloroso
Pero ahora, con las revelaciones recientes de Jaime del Burgo, el matrimonio ha llegado a su punto de quiebre definitivo. Felipe VI se encuentra expuesto ante la opinión pública como el 'cornudo más grande de España', un título que su madre también llevó durante seis décadas. En consecuencia, no tiene la menor intención de acercarse a Letizia ni mucho menos de mantener relaciones con ella. Las recientes declaraciones del ex de Telma Ortiz no solo hicieron público el affaire de Letizia, sino que también arrojaron una sombra negativa sobre el monarca. Según las afirmaciones del abogado, la reina estaba profundamente enamorada de él y planeaban escapar juntos a miles de kilómetros de distancia. Asegura que Letizia era más feliz a su lado y nunca sintió atracción por Felipe. Además, le resultaba incómodo tener relaciones sexuales con él, lo que llevaba a escasos momentos íntimos.
Después de descubrir las verdaderas opiniones de Letizia sobre él, Felipe VI ha dejado atrás todo el progreso logrado en terapia y ha optado por distanciarse de la madre de sus hijas. Ahora, no comparten la misma habitación e incluso han dejado de vivir bajo el mismo techo. El hijo de Juan Carlos I ha tomado la decisión de mudarse a la residencia de su madre en Zarzuela, que está a un kilómetro de distancia del Pabellón del Príncipe, la residencia real que compartía con Letizia. Este cambio evidencia claramente un cese implícito de la convivencia, marcando el paso previo hacia un eventual divorcio.
Finalmente, los deseos de Jaime del Burgo están materializándose. Su amor por la ex presentadora de TVE ha desaparecido, y ahora sus motivaciones van más allá de lo romántico; se trata más bien de una suerte de venganza destinada a poner fin al reinado de Letizia.