La reina Sofía inculcó a sus hijos el amor por los animales. Tanto a las infantas Elena y Cristina, como a Felipe VI. Una de sus tareas era supervisar la alimentación y el bienestar de sus mascotas, de acuerdo con El País. Se dice, inclusive, que las mantenía cerca cuando estaban en sus últimos días. Y es así como Zarzuela se convirtió no solo en un albergue de distintas especies, sino también en un cementerio improvisado. Sin embargo, con Letizia estas políticas se acabaron. La idea de convivir en una casa llena de animales le desagrada, por lo que desterró a la mascota del rey del palacio.
Es común que en las fotografías y retratos oficiales de las familias reales europeas se incluyan a las mascotas. Muchas veces, los animales tienen tanto protagonismo como sus dueños. Los Borbón no serían la excepción, pues hace años era habitual que los cachorros aparecieran en los posados. De hecho, en una visita de Carlos III y Lady Di, el pequeño Harry aparecía sobre la espalda de un gran canino hace algunas décadas. Tal vez llama la atención que desde que Felipe VI y Letizia asumieron el cargo de reyes, ningún animal acompaña a su familia. Al parecer, la reina consorte no siente ningún afecto por el mejor amigo del hombre.
Letizia echó de Zarzuela al perro incondicional de Felipe VI
Durante las vacaciones en Mallorca, la familia real se dejaba fotografiar con sus perros. La adoración, especialmente por los perros, era un asunto familiar. Así que, una vez llegado el verano, los caninos solían sumarse al tradicional retrato en Marivent. Esta tradición contrasta mucho con la actual, en la que no figura ningún animal cerca de los reyes y sus hijas. Ni en cumpleaños, Navidad, vacaciones o aniversarios.
Un vistazo hacia el pasado muestra a Don Felipe junto a sus perros cuando estaba soltero. Ahora bien, cuando empezó una relación con la que sería su esposa, todo cambió. Por eso es que se le responsabiliza de la extraña desaparición de los perros en el palacio. De acuerdo con Jaime Peñafiel, después de la boda, la madre de Leonor obligó a salir del palacio a “Puskin”. Se trata del schnauzer que durmió por muchos años con el entonces Príncipe de Asturias.
El lazo entre Pushkin y el hijo de Juan Carlos era muy estrecho, le tenía mucho cariño y lo trataba como a un miembro más de la familia. Contrario a otros amos, su perro no estaba al cuidado del personal del palacio todo el tiempo. Por eso no dormía en la perrera real. Al parecer, los motivos de Leti eran fundados. En principio, porque el animal tenía problemas digestivos y dejaba de alimentarse cuando estaba cerca de un viaje. Sumado a eso, porque algunos de los miembros de la familia Ortiz Rocasolano tienen alergias y estos animales eran un disgusto para las visitas.
Felipe VI aceptó la decisión de Letizia para evitar grandes problemas. Así que, a día de hoy, los perros de la familia se mantienen en el mismo lugar que los perros de la Guardia Civil y son cuidados por el personal.