Diferentes formaciones son obligatorias para las princesas. A pesar de que la monarquía ha ido evolucionando desde sus orígenes, cuando el protocolo era más riguroso, hoy en día se conservan los principios fundamentales. Evidentemente, los herederos tienen prohibidas ciertas libertades como hablar de temas delicados (política o dar detalles íntimos). Asimismo, deben acatar cierto tipo de vestimenta, tener una actitud gentil, buena postura y más. En la Casa Real española es Letizia quien se encarga de que todo sea perfecto. Siendo así, no es sorpresa que Leonor tenga que esforzarse tanto.
Las princesas europeas del siglo actual han modernizado varios elementos del protocolo. Muchos de los códigos y comportamientos que se esperan de las royals se han actualizado a la escena de estos días. Uno de los grandes ejemplos es Kate Middleton, quien ahora hace uso de faldas a unos centímetros de la rodilla (algo impensable hace algunos años). En el caso de Letizia, también ha resuelto innovar con ciertos atuendos más informales y estampados en ocasiones puntuales. Pero nada de esto cambia el hecho de que Leonor está en plena formación para ser Reina y su madre la guía con mano dura.
La obsesión de Letizia por repasar los errores de Leonor
Las exigencias de la realeza británica siempre han sido más inflexibles que las de sus pares, con reglas muy demandantes para quienes gravitan en el núcleo. Lo cierto es que en España no hay tantas prohibiciones y las normas pueden variar. Pero la princesa de Asturias recibe instrucciones muy estrictas, con las pautas que estableció su madre y que debe cumplir en todo momento. Según se ha dado a conocer, solo puede mirar televisión los fines de semana, usar Internet para ver contenido educativo, dormir temprano y consumir alimentos orgánicos.
Una de esas ocasiones en las que Letizia mostró su poder fue en los premios Princesa de Girona, cuando su primogénita pronunció el discurso en tres idiomas. Todos estaban atentos al mínimo movimiento de los monarcas y sus hijas, las cámaras captaron el gesto de la reina. Al bajar del escenario y tomar asiento en su lugar, la aristócrata le dijo a la nieta de los reyes eméritos: “No te aplaudas”. En esta oportunidad, al igual que en los premios Princesa de Asturias, la joven se dejó llevar por la emoción y aplaudió su intervención.
La mujer de Felipe VI acabó el evento con una sonrisa en el rostro, aparentemente complacida. Sin embargo, como ya había hecho antes, llegó al hotel con la intención de educar a la princesa. Le exigió ver durante una hora su discurso y notar cada una de sus fallas encerrada en su habitación. En su próxima presentación en público, la experiodista espera que el desempeño de su hija mayor sea impecable.
Letizia quiere que Leonor entienda que la profesión de princesa es a tiempo completo y que no admite equivocaciones de ningún tipo. La lucha por una monarquía renovada continúa, a tal efecto, toda aparición, comportamiento y pronunciamiento debe ser inmejorable. ¿Hasta dónde llegará el perfeccionismo?