Los que han gravitado alrededor de Leonor están de acuerdo en que es muy parecida a Felipe VI. Desde pequeña, resalta por su carácter noble, bondadoso y carismático. A través de todas las etapas de su vida, se ha mostrado como una niña y joven que no ocasiona problemas. Al contrario, tiende a solucionar los conflictos que puedan surgir. En otras palabras, el temperamento de la heredera es muy tranquilo. Pero ya llegó el momento que muchos esperaban de una joven normal, se rebeló contra Letizia. Y empieza a asomar que quiere ejercer su papel de reina.
Tanto Felipe VI como Letizia se comprometieron con la educación de sus hijas. Además de hacerles entender que Leonor sería la reina en un futuro, el propósito siempre fue evitar una sobreexposición con los medios de comunicación. Con el tiempo, los reyes han tenido razón en mantener a sus hijas apartadas y sortear cualquier escándalo potencial. Aunque su primogénita ya disfrutó de su infancia y adolescencia, está a pocos pasos de convertirse en una adulta. Hoy en día, la princesa de Asturias está más que impaciente sobre el futuro que le han prometido desde que nació su hermana y quedó claro que no habría un heredero.
Leonor y Letizia, enfrentadas por la corona
Cuando la nieta de Juan Carlos era más joven, fueron contadas sus apariciones y fotografías. No es hasta hace algunos años que se convirtió en un miembro más activo para la institución. Sin embargo, al ser menor de edad, sus padres decidían todos los aspectos de su vida. Principalmente, Doña Letizia, quien se ha encargado del cuidado de su hija desde que nació.
Mientras la joven aristócrata era pequeña, no podía evitar la intervención de su madre. Desde los alimentos que podía o no podía consumir, hasta sus amistades, atuendos, interacciones públicas, horarios, actividades extracurriculares y más. No obstante, su relación con la australiana se está complicando. Es consciente de que se está haciendo mayor, por lo que quiere tomar las riendas de su vida y dejar el régimen dictatorial de su madre atrás.
El origen del problema es la libertad que probó en el internado de Gales. Pasó dos años lejos de su familia, viviendo como lo haría cualquier otra adolescente y adentrándose en nuevas experiencias. Se volvió más independiente y confiada, por lo que su regreso a España estuvo cargado de conflictos y discrepancias entre madre e hija. De hecho, la inquietud de Leonor se hace cada vez más evidente y exige que se cumpla su derecho de nacimiento: ser reina.
Por otra parte, la experiodista intenta hacerle comprender que ser reina no es tan sencillo. En realidad, tendría un gran peso político sobre sus hombros. La monarquía ya arrastra un desgaste provocado por los errores del rey emérito. Felipe y Letizia, dentro de un clima político hostil, intentan controlar la situación y asegurarle un futuro mejor.
El momento más temido por Letizia ha llegado, Leonor exhibe un carácter fuerte y saca a relucir su derecho sucesorio. Por los momentos, tendrá que conformarse con seguir siendo princesa.