Hace unas semanas, durante la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias, se recreó un momento icónico que marcó la historia de España: el saludo que tuvo lugar hace dos décadas entre Felipe y Letizia en el set de TVE en Oviedo.
De acuerdo con la información obtenida por ‘Monarquía Confidencial’, este hecho ocurrió de forma espontánea. Los reyes estaban visitando el espacio de TVE en el Hotel Reconquista para realizar la cobertura de los premios. Tras saludar al equipo de televisión, una periodista presente mencionó a doña Letizia que justamente se cumplían 20 años desde aquel saludo, cuando ella aún se desempeñaba como periodista.
En ese instante, la reina Letizia, visiblemente sorprendida, exclamó: “¿20 años ya” y, entre risas, se dispuso a recrear la escena, dirigiéndose a sus hijas con el comentario: "Niñas, apartaros que en ese momento vosotras ni existíais". Este comentario, interpretado por algunos como una simple broma por parte de la reina, fue considerado por otros como un intento más de Letizia por minimizar la presencia de sus hijas. Esto ha llevado a interpretaciones sobre su deseo de mantenerse siempre un paso por delante de ellas, dejando claro que sigue siendo la figura predominante en la Familia Real.
El dilema estilístico: el contraste entre Letizia y sus hijas
La tendencia de la esposa de Felipe VI de destacar por encima de sus hijas no es algo nuevo. Siempre ha buscado mantenerse en el centro de atención, lo que se refleja en los estilismos de Leonor y Sofía, los cuales suelen ser más conservadores y fuera de sintonía con su edad. Mientras tanto, Letizia siempre se mantiene al día con las tendencias y es aclamada como una de las reinas más elegantes en la escena real internacional. Sin embargo, esta discrepancia en el estilo plantea una pregunta importante: si Letizia tiene esa visión para sus estilismos, ¿por qué opta por un enfoque completamente opuesto para sus hijas? La respuesta parece ser simple: no busca que ellas sobresalgan.
Leonor vs. Letizia: el conflicto que sacude la Casa Real
En el pasado, tanto Leonor como Sofía solían aceptar las decisiones impuestas por su madre sin oponer resistencia. Sin embargo, en los últimos meses, Leonor ha experimentado un cambio radical en su actitud frente a las decisiones arbitrarias de Letizia, quien no tolera las contradicciones debido a su posición dominante en la dinámica familiar. La princesa de Asturias, quien cumplió 18 años el mismo día que juró la Constitución, está determinada a enfrentarse a su madre. Consciente de su posición dentro de la Casa Real, Leonor ya no permitirá que su madre tome las riendas de sus decisiones ni que la subestime frente a terceros. Esta situación ha creado una tensión considerable en la relación entre madre e hija. Leonor prefiere mantenerse alejada de Zarzuela para evitar convivir con Letizia, y cuando se encuentran, las discusiones son recurrentes, ya que la esposa de Felipe VI se niega a aceptar que sus hijas han crecido y merecen su autonomía.