Es vox populi que una cosa es la imagen que proyecta la familia real de puertas hacia fuera y otra muy diferente lo que ocurre de puertas hacia dentro, cuando los focos se apagan y las cámaras ya están delante.
En este sentido, no es que sea precisamente ningún secreto que, por mucho que la inmensa mayoría de las veces que aparecen por ejemplo juntas la Reina Letizia y la Reina Sofíase intente exhibir cierta normalidad y cordialidad entre ellas, lo cierto es que son las mujeres que no es que tengan una relación precisamente muy cordial.
Cuentan los que mejor conocen a la actual reina que, si bien es cierto que durante los primeros años cuando era princesa Letizia se mantuvo siempre en un segundo plano y no movió muchos hilos en Zarzuela, una vez se convirtió en reina y sus suegros dejaron de tener un papel importante, la mujer de Felipe VI ha ido poco a poco poniendo las cosas en su sitio tal y como ella considera.
La futura reina de España no quiere saber nada de su abuela
Y el hecho de que la Reina Letizia no tenga ningún tipo de relación con su familia política, ni con sus suegros ni con sus cuñadas, ha provocado que a su vez sus hijas siguen el mismo camino.
Así, como ocurre con su madre, Leonor no tienen ningún tipo de problema en mostrarse incluso cariñoso con su abuela paterna cuando las cámaras están delante, pero cabe tener en cuenta que entre la Reina Sofía y la princesa Leonor no existe ningún tipo de relación cordial y cariñosa, es más, ni se ven cuando comparten techo en la Zarzuela.
Es evidente que las pocas ganas que ha tenido Letizia de que sus hijas tengan relación con su familia paterna es lo que ha provocado que tanto Leonor como Sofía acaban teniendo una relación mucho más estrecha con su abuela materna, Paloma Rocasolano, que con su abuela paterna, la Reina Sofía. Eso sí, cuando las cámaras encienden o cuando el acto así lo requiere, todos y cada uno de los protagonistas saben muy bien qué papel debería interpretar.