Un matrimonio es un vínculo mucho más difícil de mantener de lo que algunos podrían pensar, especialmente cuando en esta relación se suman los hijos, pues no solo se trata de un ejercicio de paciencia, sino además de convertirse en una prueba de qué tan unidos están los padres entre sí, algo que muchas veces es justo lo que causa los divorcios o da inicio a los problemas matrimoniales.
Probablemente uno de los momentos más difíciles para un matrimonio es cuando deben intentar comportarse de cara a sus hijos a pesar de que haya problemas en la pareja, pues demostrar los problemas a los hijos, crear discusiones enfrente de ellos o incluso gritos y peleas puede ser un problema a largo plazo para ellos, y si alguien sabe bien de esto probablemente sea la princesa de Asturias, Leonor de Borbón.
La hija mayor de los reyes tenía que aguantarse los gritos de sus padres
Actualmente, Felipe VI y Letizia están en un momento bastante difícil tanto para ellos como para la corona debido a todo lo que ha divulgado Jaime del Burgo los últimos tres meses de la corona han sido escandalosos a más no poder, y es que la confirmación por parte del escritor sobre Letizia siendo una reina adúltera ha dado mucho sobre lo cual hablar desde inicios de diciembre.
Leonor de Borbón no ha estado exenta de estas noticias y enterarse de ello no fue más que otro motivo para rechazar a su madre, la princesa de Asturias habría tomado con negatividad las acciones pasadas de la consorte y sumado a que conforme crecía la iba rechazando más y más. Además, durante los días libres de la princesa de Asturias de la Academia Militar de Zaragoza durante la navidades había una clara intención en intentar llegar tarde a Zarzuela para no tener que encontrarse con la misma imagen todos los días, sus padres discutiendo por cualquier cosa.
Esto no es una imagen nueva para Leonor de Borbón, y es que su infancia ya fue bastante difícil para ella por el mismo tema, especialmente los años 2010 y 2011, en los cuales Felipe VI y Letizia tuvieron una de las crisis más grandes de su historia como matrimonio, una la cual lograron sobrevivir a duras penas, pero que sin duda dejó secuelas en su hija mayor, quien aún ha de tener recuerdos de los comportamientos de sus padres durante aquellos días.
Los reyes no se cortaban enfrente de su hija, se la llevaban los guardias
La princesa de Asturias fue testigo de las discusiones de sus padres cuando era pequeña y no es que Felipe VI y Letizia no estuvieran al tanto de esto, pues a pesar de tener plena consciencia de que su hija estaba allí con ellos, los reyes no dejaban de lado sus discusiones, lo cual causaba que los guardias tuvieran que alejar a su hija mientras se calmaban las aguas, algo que siempre causaba el llanto de la princesa de Asturias.