La reina Letizia siempre ha sido una madre muy controladora con la princesa Leonor y la infantaSofía. Les ha trasladado alguna de sus obsesiones desde que eran pequeñas. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado para la futura reina. Ahora ya es mayor de edad y ha dejado de ser esa hija modosita y obediente.
Desde temprana edad, Letizia ha supervisado de cerca la dieta de las jóvenes, promoviendo la ingesta de verduras, pescado, frutas y otros alimentos saludables, mientras prohíbe fritos, exceso de carne, dulces y alimentos procesados. Una preocupación que no se ha limitado al hogar; también ha influido en los menús de los centros educativos de las princesas. Fuentes confiables informan que Letizia intervino en el menú del colegio Santa María de los Rosales, donde Leonor y Sofía estudiaron hasta la ESO. De manera similar, se comunicó con el UWC Atlantic College, presionando a los responsables de la cocina para que mantuvieran los estándares alimenticios que ella considera apropiados. Esta influencia persiste incluso ahora que Sofía sigue los pasos de su hermana, cursando Bachillerato en el centro británico.
La reina Letizia, control estricto sobre sus hijas Leonor y Sofía
Hay más. Leonor y Sofía han experimentado una vigilancia constante por parte de su madre en varios aspectos de sus vidas. Letizia ha implementado la prohibición de pantallas en casa, restringiendo el acceso a redes sociales y realizando llamadas regulares a los lugares donde estudian las princesas, incluyendo el internado y la Academia Militar, para obtener informes detallados. Incluso ha tenido un papel activo en la elección de la ropa que las jóvenes lucen en sus apariciones públicas.
Sin embargo, ahora que la princesa es mayor de edad, tiene el derecho de tomar sus propias decisiones sin tener que rendir cuentas a su madre. Ahora es ella quien decide lo que hace o no. Al fin y al cabo, es la futura reina.
La princesa Leonor ha empezado a dejar de obedecer a su madre
El cronista especializado en la casa real Jaime Peñafiel ya lo advirtió cuando enviaron a Leonor a Gales. " Han hecho bien en mandarla fuera de la influencia nefasta de su madre, tiene que dejarla volar y crecer. La historia se repite porque esto ya le pasó a Felipe cuando se fue a Canadá, que estaba muy enmadrado, y todo el mundo pensó ‘que se vaya, que espabile’. Hay que dejar que la niña vuele sola. Ahora mismo es incapaz de decir una palabra si no mira antes a su madre, si no tiene su consentimiento", señaló en una entrevista para el Huffingtonpost.
Así las cosas, la princesa ha desafiado algunas de las prohibiciones de su madre, especialmente en cuanto a la alimentación. Mientras está en la Academia Militar, sigue las normas, pero fuera de los muros del cuartel, prefiere indulgirse en comidas rápidas que no pudo disfrutar en el palacio. Además, Leonor está experimentando sus primeras salidas hasta altas horas de la amenizando las fiestas con alguna que otra copa. La futura reina ha dejado de ser la niña obediente, marcando su propia trayectoria.