No es que sea precisamente ningún secreto que, al contrario de lo que ocurrió con MeghanMarkle, desde el primer momento en el que la familia real supo que el príncipe William había empezado una relación amorosa con Kate Middleton, toda su familia le apoyó, entre otras cosas porque veían a la británica con muy buenos ojos.
Fue hace ya muchos años cuando se dio a conocer que William y Kate iban a dar un paso más en su relación e iban a casarse, algo que no pudo hacer más feliz a la entonces reina Isabel II, que veía a Kate como una mujer perfecta a la hora de representar los intereses de la corona británica.
Sin embargo, teniendo en cuenta que Middleton siempre se ha mostrado muy comedida y muy consciente y cuál es su papel institucional, cuentan desde el entorno de la familia de la princesa de Gales que Kate está empezando a mostrar y algunos signos de desaprobación con algunas de las decisiones de su suegro, que, tras la muerte de Isabel II, ha pasado a convertirse en el rey de Inglaterra, Carlos III.
Kate Middleton intenta proteger a su hijo
Y es que parece ser que Carlos III ha vuelto demostrar en las últimas semanas que todos aquellos que argumentan que tiene un carácter muy fuerte y que tiene muy claro cuál es deben de ser todos y cada uno de los responsabilidades de los diferentes miembros de la casa real están en lo cierto.
Por mucho que Kate sea muy consciente de que en un futuro su hijo mayor, George, es muy probable que acabe siendo la heredero de la corona británica, sabes muy bien que tal solo tiene nueve años, por lo que no deja de ser un niño, de ahí que no vea con buenos ojos que su suegro, el actual rey Carlos III, se esté mostrando muy estricto con algunas de las facetas en cuanto a la educación del hijo mayor de William y Kate.
Es más, por mucho que evidentemente no se haya hecho público, parece ser que Kate y su suegro han tenido ya alguna que otra pequeña discusión al respecto, argumentándole Middleton a Carlos III que sería interesante que rebajara poco a poco sus exigencias, al menos con su hijo, que tan solo tiene nueve años.