Fue hace ya unas semanas cuando los reyes Felipe VI y Letizia decidieron, lejos de lo que es habitual en ellos, compartir un momento con su pueblo. Lo hicieron evidentemente delante de las cámaras, algo que, tal y como apuntado la periodista PilarEyre, una de las mejores informadas de lo que ocurre dentro de las puertas de Zarzuela, no deja de ser uno de los primeros pasos para ir poco a poco cambiando la imagen de los Reyes y volviéndolos así un poco más campechanos y cercanos a su pueblo.
Lo que seguramente no se esperaban muchos es ver cómo, más allá de una Letizia que no se sentía precisamente muy cómoda, no era otro que el rey Felipe VI el que no tenía ningún tipo de problema en sentarse encima de un cajón flamenco y empezar a tocarlo a un ritmo que incluso sorprendió a los presentes.
“Cuando iban a entrar en el Teatro Falla vieron que, en la plaza, un grupo estaba haciendo música con el llamado cajón flamenco y se sumaron de forma espontánea. Felipe se sentó con naturalidad y se puso a tocar como si no hubiera un mañana, demostrando pulso y buen ritmo”, apunta la periodista en Lecturas.
El rey Felipe VI tuvo una época fiestera en su juventud
Seguramente fueron muchos y muchas los que se sorprendieron al ver esta actitud tan festiva de Felipe, pero, como bien reconoce la periodista, los que le conocen bien sabes muy bien que el actual rey siempre ha sido muy amante de las fiestas y de pasar un buen rato con amigos, tal y como hacía en su época de juventud.
“En España ha estado siempre rodeado por un cordón sanitario formado por sus escoltas, su familia y sus amigos pijos y nada ha trascendido aparte de algunas fiestas con modelos en la época de Eva Sannum en casa de un amigo en el pantano de San Juan”, relata Pilar.
Eso sí, es la propia periodista la que he dejado muy claro que la época más movida en este sentido de hoy rey Felipe VI fue cuando vivía en Estados Unidos con su primo: “Pero en los dos años que estuvo en Georgetown, mientras estudiaba y compartía apartamento con su primo Pablo de Grecia, sabemos que las farras eran constantes ¡nada nuevo bajo el sol! ¡Que le pregunten a su padre todas las juergas y líos amorosos que tuvo durante su paso por las academias militares!”.