Desde los fastos reales hasta la intimidad de su residencia en Abu Dabi, Juan Carlos I, el otrora poderoso rey de España, enfrenta una dura batalla contra sus problemas de movilidad. Su deterioro físico ha llegado a un punto crítico, donde las imágenes filtradas de su presencia en eventos públicos solo muestran a un monarca frágil y dependiente de una silla de ruedas.
Con 86 años a cuestas, Juan Carlos I ya no es la imagen de vigor y dinamismo que alguna vez proyectó. Atrás quedaron los días de caza y navegación, ahora reemplazados por el constante acompañamiento de bastones y asistentes para los desplazamientos. Su deterioro físico se ha exacerbado con el tiempo, con múltiples intervenciones quirúrgicas en las caderas y la rodilla derecha. Esto quedó en evidencia hace algunos meses, cuando asistió junto a la reina Sofía a la boda del príncipe Hussein de Jordania.
La jornada del ex monarca en el palacio de Zahran: entre bastones y sillas de ruedas
Durante su recorrido por los exuberantes jardines del palacio de Zahran, el antiguo monarca se vio en la necesidad de utilizar una silla de ruedas y recibir asistencia. En cada desplazamiento por el majestuoso recinto, se aferraba a su bastón, que se convirtió en su fiel acompañante durante toda la jornada, mientras un escolta velaba por su seguridad. Sorprendentemente, al saludar a los recién casados, fue el príncipe Hussein quien se acercó al emérito, evitándole así la molestia de tener que moverse por sí mismo.
Es importante recordar que mientras aún se encontraba en España, el rey emérito hacía uso de su silla de ruedas de manera ocasional, principalmente en la privacidad de su hogar y únicamente después de haberse sometido a alguna intervención quirúrgica. Esto se debía a que experimentaba una profunda vergüenza al exhibirse de esa manera en público.
Sin embargo, a pesar de la resistencia mostrada por Juan Carlos I, fue su hijo, el rey Felipe VI, quien tuvo la iniciativa de adecuar el Palacio de Zarzuela para adaptarlo a las necesidades de una persona con movilidad reducida. Esta transformación implicó la instalación de rampas en diversos accesos, la incorporación de un ascensor y la ampliación de los espacios interiores, todo ello con el objetivo de garantizar que la silla de ruedas pudiera moverse con facilidad.
En el exilio dorado: las adaptaciones de la suite en Abu Dabi
En la actualidad, Juan Carlos I vive en Abu Dabi, y las cámaras no han captado imágenes recientes del ex monarca en su residencia, lo que dificulta obtener una visión precisa de su estado de salud. Sin embargo, se conoce que la exclusiva suite en la que se aloja en Abu Dabi ha sido completamente adecuada para atender las necesidades de movilidad de Juan Carlos, con adaptaciones especiales en el baño para garantizar su comodidad y facilidad de acceso, así como la ampliación de las puertas para mayor conveniencia.
Los problemas de movilidad de Juan Carlos I no solo afectan su físico, sino también su estado emocional. A sus 86 años, enfrenta el desafío de aceptar una realidad que le resulta difícil de asimilar. Como un eco de su madre, quien pasó sus últimos días en una silla de ruedas, el ex monarca se ve a sí mismo enfrentando una vida que ya no reconoce como propia.