No es secreto para nadie el aparente pozo sin fondo del que disponen muchos miembros de la realeza, pero el caso del padre de Felipe VI, Juan Carlos I, es ciertamente singular y un poco diferente al resto, pues el rey emérito con los años se ha forjado una fortuna de la cual se puede hablar, y no precisamente bien.
De no tener un duro, a irse de España con más de 2.000 millones de euros
Recientemente el tema de las riquezas del rey emérito están de nuevo en boca de todos a causa de informes que salen a la luz y posicionan el foco sobre Juan Carlos I y su fortuna, por ejemplo, meses atrás se supo de una estructura “offshore” de la cual el esposo de Sofía era el principal beneficiario, y a través de la cual habría ocultado millones de euros recibidos por comisiones desde Arabia Saudí, esto fue escalando hasta que se terminó hablando de una presunta trama de blanqueo de capitales, nuevamente, con Juan Carlos I a la cabeza de la operación, aunque Felipe VI figuraba como heredero de todo esto, recordemos que el actual Rey tomó la decisión de rechazar por completo cualquier herencia proveniente de su padre al no estar de conformidad con lo estipulado en la ley.
Don Juan Carlos ganó sus primeros grandes ingresos por 1973, durante la crisis del petróleo, en aquel entonces aún era príncipe y estaba bajo la tutela de Franco, en aquel momento firmó un acuerdo con Arabia Saudí, a través del cual recibía una comisión de 1 a 2 dólares por cada barril de petróleo que los Al Saud vendieran a España, con fines de contexto, un carguero de 200.000 toneladas llevaba entre 1.400.000 y 1.600.000 barriles de petróleo.
Juan Carlos I tuvo desde siempre una muy estrecha relación con Arabia Saudí
Con el paso de los años, la fortuna del rey emérito no hizo más que crecer y crecer, en 1977 recibió 10 millones de euros por “ayudar a la democracia” de parte del Sah de Persia, pero recibiría 10 veces esa misma cantidad de Fahd Bin Abdulaziz, el príncipe Saudí de aquella época, esto no sería más que el principio de su relación con dicho país.
Su buena relación con Arabia Saudí le ha traído a Juan Carlos I riquezas y polémicas, por una parte, le obsequiaron el que fue su yate hasta el año 2000, llamado “Fortuna”, pero por otra, los Al Saud estaban involucrados en una de las polémicas Don Juan Carlos, relacionada con el AVE a la Meca, donde figuraba una presunta comisión de 100 millones de dólares a día de hoy, a pesar de que esta cantidad se había ofrecido en carácter de donación, fue transferida a una cuenta en un banco suizo, cuyo titular, no era Juan Carlos I, pero sí una sociedad panameña de la cual el padre de Felipe VI era el mayor beneficiario.