Casa Real

Juan Carlos I tiraba a sus amantes por la borda del Fortuna y la Guardia Civil debía acudir al rescate

Las aventuras de Juan Carlos I en Marivent dignas de una película de Hollywood

Foto: GTRES
Barcelona. Martes, 16 de enero de 2024. 15:50
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Juan Carlos I

La Zarzuela ya no es el lugar donde la Sofía brilla. A la ex consorte le han ido quitando terreno frente a la reina Letizia. Ahora Sofía se queda solo con los eventos que no interesan a nadie. La infelicidad se ha instalado en sus dominios de la Zarzuela.

Marivent se ha convertido en el único lugar donde Sofíaencuentra su oasis de felicidad. Allí puede ser la reina sin restricciones, lejos de las murallas de la Zarzuela. Es la protagonista que recibe a los fotógrafos y a los invitados. Es por eso que la emérita alarga sus estancias en el palacio de Mallorca cada vez más a medida que va cumpliendo años. Y está ansiosa de que llegue el buen tiempo para regresar a la isla balear. Sin embargo, Marivent también guarda secretos oscuros, y no precisamente de los bonitos.

Marivent, el último paraíso para la reina Sofía

En este paraíso balear, Juan Carlos I se marcaba unos engaños descarados con otras mujeres. Es sabido que el rey se iba de escapada en su yate, el famoso Fortuna, para tener encuentros amorosos con sus amantes ocasionales. Unas escapadas que tenían desenlaces de película que no ‘El lobo de Wall Street’.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

Cuando Sofía se enteraba de que su esposo estaba teniendo su momento de pasión en algún yate en alta mar, no dudaba en subirse a una lancha  llamada 'Somni', sueño en catalán, para pillar al rey in fraganti. Y aquí llega lo más surrealista. El astuto JuanCarlos advertido por sus escoltas y por la Guardia Civil, se adelantaba y, al enterarse de la llegada de Sofía, tiraba a la amante por de turno la borda.

Persecuciones y lanzamientos por la borda en Mallorca

Así lo aseguró una fuente para el programa Socialité. "Él salía con sus amigas y nadie sabía qué pasaba en el barco porque era imposible seguirle todo el día en alta mar", empezó. "Te lo cuento, pero no lo he visto con mis ojos; quizá es más leyenda urbana que otra cosa. Pero a mí, después de haber visto cómo se comportaba cuando estaba en Mallorca, no me parece nada descabellado", añadía.

Pero la historia no acababa aquí. Alguien tenía que salvar la vida a las pobres amantes. Y los encargados de hacerlo eran los cuerpos de la Guardia Civil, que tenían órdenes de acudir al rescate. Se acercaban a la zona y sacaban del agua a las amigas de Juan Carlos.