Parece que las andanzas de Letizia no son novedad para algunos. Juan Carlos I conocía sus secretos, advirtió que tenía actitudes y costumbres sospechosas. El punto de partida eran sus escoltas, con algunos de ellos llegó a forjar una amistad y jugar al despiste. En muchas ocasiones, la reina se iba sin supervisión o cambiaba los planes de un momento a otro. Con un look completamente diferente, se hacía pasar por otra. El rey emérito logró capturar fotos de ella mientras pasaba noches agitadas en un piso de Madrid.
Después de años, Letizia supo cómo escabullirse. Los fines de semana desaparecía por completo, hasta que le informaron a Juan Carlos I que iba seguido a un piso del barrio de la Latina a tomar copas y cenar con amigos. Lo que no sabíamos y que Jaime del Burgo confirmó a través de X, es que ellos fueron amantes. Y esto explicaría la crisis matrimonial que tenían los reyes y su comportamiento errático. En 2013, el rey emérito le seguía los pasos a su nuera. De hecho, enviaba informaciones a la prensa para tapar sus propias fechorías. Esto provocó que Doña Letizia quisiera estar alejada de Zarzuela.
Es así como consiguió unas fotografías en las que la mujer de su hijo aparece consumida, alcoholizada y cariñosa con un hombre que no es su marido. Eso sí, no contaba con que fueran revelados algunos de sus movimientos más irresponsables. Como describe Joaquín Abab en su libro Letizia una biografía no autorizada con el testimonio de la Guardia Real y un conductor madrileño. Un día, pasada de copas y tras el volante, la Royal hacía eses con el vehículo mientras los coches escolta la perseguían por la A-6. Y esto no es lo único.
El descubrimiento de Juan Carlos I que dejó mal a Letizia
Entre las informaciones que Don Juan Carlos recopiló, se dice que está el descubrimiento del adulterio de la asturiana. En un piso de la calle Miguel Angel, la mujer se veía con un hombre. Solo había que juntar las piezas para llegar a la conclusión de que Felipe estaba siendo engañado, las visitas clandestinas y la falta de escoltas en una reunión privada con el navarro solo podían significar una cosa. El patriarca, quien siempre había desconfiado de la experiodista, no perdió la oportunidad de ofrecerle estas pruebas a su heredero.
No fue el único en decirle al aristócrata que su mujer le estaba siendo infiel. Resulta que la infanta Cristina también se enteró de todo. Sus amigas le comentaban que Doña Letizia iba constantemente a Barcelona y se veía con el navarro. Entre los lugares que escogían para verse estaba el hotel Juan Carlos I (ya inexistente), tal y como decía el Daily Mail. Las habitaciones eran reservadas bajo pseudónimos y, una vez allí, la monarca entraba de incógnito. Cuando la exduquesa de Palma lo confirmó, le dijo todo a su hermano. ¿Sería esta la razón de su mala relación? Evidentemente, va más allá del caso Nóos.
Juan Carlos I no derribó el matrimonio de Letizia y Felipe VI en esa época. Pero el libro de Jaime del Burgo será un duro golpe para el matrimonio real.