Hace tan solo unos meses, los periodistas David Fernández y José María Olmo aprovecharon la visita de Juan Carlos I a España para promocionar su nuevo libro, 'King Corp', que se ha vuelto viral en todo el mundo debido a las insinuaciones sobre una posible hija ilegítima del ex monarca. Pero este libro va más allá y desvela otros secretos ocultos, incluida una adicción a la que sigue enganchado a sus 85 años.
A pesar de que Juan Carlos I es conocido por su fama de mujeriego y sus supuestas 5.000 amantes, el libro 'King Corp' saca a la luz su verdadera adicción: el dinero. Según los periodistas, el padre de Felipe VI es adicto al poderío económico, y esta ambición desmedida le ha acarreado innumerables problemas y dolores de cabeza en La Zarzuela. Sin embargo, a pesar de las numerosas acusaciones de corrupción y su posterior exilio en Abu Dabi, todavía conserva los títulos y beneficios asociados a su posición real, especialmente el privilegio de inmunidad procesal, que junto con su inviolabilidad hasta junio de 2014, le ha permitido eludir comparecer ante los tribunales.
Un entramado financiero al servicio del rey emérito
El libro detalla cómo, durante su reinado, Juan Carlos I no mostró reparos en aceptar "regalos" y comisiones millonarias de empresarios y dignatarios extranjeros. Estas prácticas le permitieron acumular una gran fortuna personal, aparte de los fondos oficiales asignados a la Casa Real. Además, se alega que el exmonarca ha utilizado complejas estructuras financieras para ocultar sus activos y evadir impuestos. Su búsqueda implacable de dinero y riqueza lo convirtió en un personaje polémico y controvertido, afectando la imagen de la monarquía española. ‘King Corp’ también explora el "entramado societario" de Juan Carlos I, diseñado para evadir sus obligaciones fiscales con la ayuda de "cerebros financieros" que lo han ayudado a construir esta red.
A pesar de tener acceso a innumerables comodidades y un generoso sueldo vitalicio, Juan Carlos I no dejaba escapar ninguna oportunidad para acumular más riqueza, por lo que no dudó a la hora de crear sociedades offshore y cuentas bancarias en paraísos fiscales para ocultar sus ingresos y propiedades. Estas tácticas le permitieron disfrutar de un estilo de vida lujoso mientras evadía sus responsabilidades tributarias. El equipo de investigación señala que Juan Carlos I había tejido una compleja red financiera que dificultaba el rastreo de sus activos y que involucraba a personas cercanas, algunos de los cuales ahora enfrentan investigaciones y escándalos legales.
La caída del hombre más privilegiado de España
Aunque Juan Carlos I ostentaba el estatus más privilegiado del país, nunca pareció satisfecho. Consideraba que sus funciones como monarca “debían llevar aparejadas unas compensaciones extras”, lo que lo llevó a recibir” cantidades ingentes de regalos en efectivo y en especie”, ocultándolos de manera sistemática. "Era realmente una persona adicta al dinero", afirma David Fernández, que precisa que este término, el de “adicción” no es para nada exagerado cuando se trata de la obsesión del emérito por el dinero y la riqueza , dado que su afán por más lo llevó a cruzar límites y dañar seriamente su imagen pública.