Todos estamos al tanto de que en la casa real el matrimonio entre Felipe VI y Letizia no es y nunca fue bien recibido, especialmente por los eméritos, Juan Carlos I no estaba de acuerdo con que su hijo se casara con la “princesa de Tolosa” pero era eso o gobernar como un rey solitario y sin descendencia. La amenaza era fuerte y Juan Carlos I y Sofía de Grecia no tuvieron otra opción que aceptar a regañadientes la decisión de su hijo.
Lo que ha pasado desde entonces probablemente haya causado que los padres de Felipe VI se hayan arrepentido el resto de su vida de permitir semejante unión. Quizá por placer o por venganza, Letizia fue tocando la puerta de todos cual parca, alejándolos del rey y deteriorando de manera casi irreversible el estado de la corona. No debe haber día que el emérito no piense en lo diferentes que serían las cosas de haber logrado su objetivo con Felipe VI.
Un matrimonio arreglado que hubiera beneficiado mucho a Juan Carlos I
Lamentablemente para algunos integrantes de la realeza los matrimonios no siempre son felices. Hay casos en los que alguna de las dos partes tiene un interés externo al amor, el cual a veces ni siquiera está presente, como pasó con Jaime de Marichalar y la infanta Elena, así como con los propios eméritos. Debatiblemente uno de los matrimonios más infelices que se recuerdan, siguen casados pero viven separados, por lo que Sofía de Grecia y Juan Carlos I no tuvieron más contacto que para tener descendencia y poco más.
Esto es lo que el emérito quería para Felipe VI, un matrimonio aprobado por él, y que obviamente le resultaba en un claro beneficio. La “afortunada” era Tatiana de Liechtenstein, procedente de Suiza, lugar conocido por sus navajas, chocolates, quesos, y por ser un paraíso fiscal como podría serlo más de una isla del Caribe.
Los colmillos de Juan Carlos I no entraban en su mandíbula, si Felipe VI resultaba interesado en Tatiana de Liechtenstein tenía un fuerte aliado para expandir sus negocios. Si sumamos Suiza a la lista de aliados de Juan Carlos I, el emérito fácilmente podría disponer de una fortuna el doble de grande en comparación a la actual, estimada en 2.000 millones de euros, casi nada.
Felipe VI no hizo ni caso
El plan era perfecto, sin embargo, Felipe VI no tenía el más mínimo interés en la princesa a pesar de ser considerada una de sus parejas. La misma Tatiana de Liechtenstein dijo a la prensa que entre ella y Felipe VI no había nada, y remató con que ni siquiera le gustaba, aquí se separaron los caminos del actual rey y una de las candidatas a reina consorte, al igual que se lo preguntarán Juan Carlos I y su esposa, resulta interesante hacer el ejercicio mental de imaginar una corona española sin Letizia de por medio.