Dentro de la corona hay un matrimonio que debido a todo lo que han pasado y su longevidad es bastante célebre: nos referimos a la relación de Juan Carlos I y Sofía de Grecia. Los reyes eméritos que hoy día han pasado más a un segundo plano, pero que son recordados por todas las cosas que han tenido que atravesar juntos, o mejor dicho, que la reina emérita ha tenido que soportar de su esposo con el paso de los años.
En principio, Juan Carlos I no era la primera opción de Sofía de Grecia para casarse, ella tenía la mira puesta en Harald de Noruega, quien la utilizó para casarse con una modista cuando ya no era tan mal visto, por lo que el padre de Felipe VI era más como la opción que le quedaba cuando todo lo demás falló, y en cuanto a Juan Carlos I, él tenía que casarse y ya, no era que el vínculo le importara, no le importaba Sofía de Grecia, simplemente necesitaba enlazarse con alguien y dejar descendencia.
Sofía de Grecia era una reina de manual, pero no era por caridad
Una vez se casaron, varios de los votos que se profesaron en el altar fueron vulnerados rápidamente. Juan Carlos I era un coleccionista de amantes y si podía cada día despertaba con una mujer diferente en su cama, de las cuales nunca estaba su esposa entre ellas, pues aunque los eméritos tuvieron al actual rey Felipe VI y a sus hermanas, en el momento en el que nació el hijo varón no volvieron a encontrarse en la cama.
Juan Carlos I solo estaba interesado en vaciar su inacabable líbido y Sofía de Grecia no podía hacer mucho más que callar y aguantar estas situaciones, pero al menos no podía decir que tenía una mala vida, pues tenía todo lo que quisiera a pedir de boca e incluso cuando ella y Juan Carlos I se separaron, por lo que tenía motivos para mantener las apariencias.
Sofía de Grecia era, como muchos la definen, una reina de manual, tanto dentro de los eventos como fuera de ellos mantiene las tradiciones y el protocolo de manera impecable, y Juan Carlos I decidió aprovecharse de esto. Tenía a la mejor esposa que pudiese pedir, pues le permitiría hacer y deshacer mientras ella mantenía las apariencias, todo por un costo.
Juan Carlos I le paga bien a Sofía de Grecia para que mantenga su papel
Si bien Sofía de Grecia parece más una reina de corazón pues ni dentro de Zarzuela suelta las tradiciones y las ceremonias de la corona, Juan Carlos I le paga una pensión para que esta pueda seguir llevando la vida que quiera a su propio ritmo. De esta forma su matrimonio se mantiene “unido” a pesar de que cada quien vive su propia vida separados por miles de kilómetros y sin siquiera verse las caras.