La reputación del emérito Juan Carlos I ya está establecida, el antiguo rey a sus 86 años no tiene nada que cambiar respecto a cómo es visto por España y el mundo. Por este mismo motivo tuvo que abdicar, pues su propia imagen no le estaba haciendo ningún bien a la casa real y a largo plazo era la mejor opción que Felipe VI tomara la batuta, y a pesar de que ahora el rey está teniendo dificultades principalmente por su difícil matrimonio con Letizia, ese es un tema aparte.
Volviendo al emérito, durante toda su vida fue conocido como un amante de las mujeres, pero eso puede serlo cualquier hombre heterosexual. El caso del emérito casi está catalogado como patológico, una necesidad indetenible de pasar por la cama con todas las mujeres que su desmedido vigor y líbido le permitieran, y el emérito es conocido por tener líbido para regalar.
El emérito no ha frenado ni un segundo a pesar de la edad, pero necesita ayuda
Juan Carlos I nunca ha dicho que no a una mujer atractiva, eso es un hecho. Como si de un postre después de comer se tratase, el emérito siempre tiene algo de espacio. Su apetito sexual ha sido muchas veces criticado y especialmente citado por alguien que le conoció bien: el coronel retirado Amadeo Martínez Inglés, quien escribió un libro hablando del emérito y las aproximadamente 5000 amantes que habría tenido durante toda su vida, un número que afirma el autor ya ha superado de sobra gracias a su posición en Abu Dabi.
Podría debatirse si el exilio de Juan Carlos I a Abu Dabi fue un premio o un castigo, pues allí el emérito ha encontrado el santo grial de las mujeres. Tiene muchos amigos poderosos que cuentan con harenes de mujeres hasta decir basta, un banquete donde Juan Carlos I puede comer cuanto quiera, pero la verdad sea dicha, su vigor ya no es el que era.
Es por esto que el emérito tiene que recurrir a medicina árabe para que le ayude un poco a mantenerse vigente después de tantos años de consumir amantes a destajo. Principalmente depende de compuestos naturales hechos específicamente para mejorar el desempeño sexual y lograr que incluso Juan Carlos I pueda seguir disfrutando de un par de mujeres al día a pesar de que muchas veces sabemos de él por sus problemas de movilidad.
Marta Gayá y viejas conocidas se unen a la “fiesta”
No solo puede vivir de harenes el rey emérito, y es que él tiene su grupo selecto de mujeres que le siguen visitando y con las que se sigue relacionando, como una de sus amantes más conocidas, Marta Gayá, que se ha convertido más en una especie de amiga del emérito y que le visita frecuentemente, caso que se repite con otras mujeres que el emérito ya conoce bien. Sea cual sea el caso, a Juan Carlos I no le faltarán mujeres mientras esté en Abu Dabi.