Hace apenas unos años será completamente impensable que apareciera algún tipo de noticia negativa del entonces rey Juan Carlos I en los medios de comunicación. Entre otras cosas porque, cierto que hay muchos periodistas y mucha gente cercana al entorno del entonces rey conocían algunos de los aspectos más polémicos de su vida privada, no dejaba de ser el jefe del Estado, de ahí que gozará de una protección.
Una protección que acabó hace ya muchos años. De hecho, tan solo hace falta ver el amplísimo número de noticias que han aparecido en los últimos años para darse cuenta de que toda la protección de la cual goza durante décadas de la obra rey mérito ha saltado por los aires.
Pero lo curioso del caso es que no han sido tan solo periodistas los que han optado por empezar a explicar algunos de los secretos del ex monarca, sino que han sido también militares y gente muy cercana al emérito los que ha optado por no callar más.
El ex coronel del ejército que habla alto y claro de las noches de Juan Carlos I
Un buen ejemplo de ello es el libro que escribió hace unos años Amadeo Martínez Inglés, un ex coronel del ejército que le hecho condenado por injurias al rey. Un libro en el que este exmilitar no tiene ningún tipo de problema al explicar los días de las noches de desmadre total que protagonizó durante su juventud Juan Carlos I.
“Las más bellas vedettes y las más espectaculares representantes del alto standing femenino español y extranjero pasaron por su cama de forma más o menos temporal, aunque tampoco despreció a féminas mucho más modestas", apunta el ex coronel.
Y va más allá relatando algunas noches de desmadre del entonces cadete Juan Carlos: “El cadete Juan Carlos aprovecha los fines de semana (los viernes y sábados pernocta fuera de la Academia) para acudir, con el pequeño grupo de cadetes vips que le acompañarán en casi todas sus salidas, a fiestas privadas donde practica sexo con amiguitas circunstanciales, preferentemente del amplio colectivo de jovencitas de la clase media alta de la sociedad zaragozana”.
Y sigue: “también acude periódicamente el joven Borbón a hoteles de lujo de ciudades más o menos cercanas y, por supuesto, a establecimientos seleccionados de Zaragoza como el Gran Hotel de la capital maña (donde dispone de una suite de lujo pagada generosamente por su entorno protector militar) para relacionarse íntimamente, y a pesar de su edad, con mujeres hechas y derechas”.