Fue hace ya 61 años cuando Juan Carlos y Sofía, los Reyes eméritos de España, se casaron. Una boda que años después ya se supo que no fue precisamente el día más feliz de los dos. Eso sí, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta que eran miembros de dos de las casas reales más importantes en Europa, su luna de miel no fue precisamente low cost.
Es más, se sabe que la primera noche que pasaron juntos después de casarse la pasaron ni más ni menos que era uno de los veleros más cotizados y más famosos del mundo, el Creole.
Construido en 1926, se trata de un velero de 65 metros de eslora, 9,5 de manga y su superficie vélica supera los 1.200 metros cuadrados, y, tal y como podemos ver en las imágenes, evidentemente puede presumir de ser uno de los barcos más bonitos del mundo.
La maldición del barco en el que Juan Carlos I y Sofía pasaron su noche de bodas
Eso sí, cabe destacar que, más allá de que la noche de bodas de Juan Carlos I y Sofíano fuera precisamente una noche de bodas interesante a nivel de pareja, entre otras cosas porque el padre de Felipe VI se había la clavícula izquierda apenas unos días antes de la boda, no son pocos los que hablan de él como un barco maldito.
El hecho de que se necesitarán hasta tres botellas de champán el día de su botadura fue algo que ella provocó que muchos hablaran de ello como un mal augurio. Años después, cuando ya era propiedad del armador griego Stavros Niarchos, fue la tercera mujer de éste, Eugenia Livanos, la que falleció a bordo en extrañas circunstancias ya que según la versión oficial murió por sobredosis de barbitúricos, aunque las sospechas de asesinato no cesaron.
Años más tarde, en 1982, el heredero del imperio Gucci, una de las marcas más top dentro de la moda mundial, Maurizio Gucci, lo compró pero restaurado por completo. 13 años más tarde, en 1995, no fue otra que su mujer, Patrizia Reggiani, la que contrató los servicios de un sicario para que lo matara.
Actualmente su propietario es precisamente una de las hijas de Maurizio, Alegra, que ha optado por que este velero pase largas temporadas en Mallorca, donde seguramente en más de una ocasión la Reina Sofía lo ha visto navegar por delante del Palacio de Marivent.