Las aventuras de Juan Carlos I han sido inmortalizadas de diferentes formas, lejos quedó la época en la que las miles de amantes del rey eran un secreto a voces. Gracias a diferentes fuentes y a la masificación de internet no hay piedra lo suficientemente grande como para que el emérito o la realeza puedan esconderse, y esto ha sido un duro golpe a su imagen, pero también deja en evidencia la naturaleza de la vida del padre de Felipe VI.
Hay una fuente enorme de información que nos revela montones de cosas sobre Juan Carlos I. Se trata de un libro que pese a atraer un montón de interés se convirtió en ese tipo de escrito que ninguna editorial se atreve a publicar, hasta que finalmente Amadeo Martínez Inglés, un coronel retirado del ejército, publicó: “Juan Carlos I. El rey de las 5000 amantes”.
Montones de dinero gastados en mujeres, helicóptero incluido
El título del libro no deja nada a la imaginación, el ex coronel publica su obra con la intención de que toda España se entere de la clase de hombre que era el anterior rey, y todas las jugarretas que hizo para satisfacer sus enormes cantidades de líbido. Se veía con tantas mujeres que parecía no cansarse nunca, ni antes ni durante su matrimonio con Sofía de Grecia.
A lo largo de la obra de Amadeo Martínez Inglés podemos conocer mucho sobre la vida de Juan Carlos I, a fin de cuentas hablamos de “el hombre más espiado de España”, y quizá del mundo. Durante la época de Franco el emérito estaba en constante supervisión, a diferencia de otros miembros de la realeza Juan Carlos I no se guardaba nada, pasaba su tiempo presumiendo de sus “hazañas”, las mujeres con las que había estado y lo que había hecho, por lo que para “intentar” evitar un escándalo en la medida de lo posible todos los servicios de inteligencia estaban sobre el emérito.
Se consumieron montones de recursos solo en el “cuidado” de Juan Carlos I, al punto de asignarle un helicóptero privado solo para él, en el cual podía recoger y llevar a sus amantes a los “picaderos” que los servicios de inteligencia habían adecuado para el emérito, o bien a donde él quisiera, pero eso no quita que estaba vigilado en todo momento.
Franco sabía lo que hacía Juan Carlos I en todo momento
El padre de Felipe VIpodía ir a donde quisiera pero nunca escapar de la mirada avizora de Franco. Cuando él hacía algo el militar ya sabía de todos sus pasos a los dos minutos, motivo por el cual todo está tan bien registrado sobre el emérito, salvo por su primer año con Sofía de Grecia, cuando se le soltó un poco la rienda y su monitorización fue mucho menos frecuente, dejando un vacío en el tiempo del cual no se tiene información, pero bien sabemos que su esposa no tardó mucho en darse cuenta de que Juan Carlos I le era infiel.