Juan Carlos I es uno de los nombres que, evidentemente, ha marcado la historia y sigue marcando la historia de la casa real española. Por un lado porque, si bien es cierto que durante su mandato fueron muchos los que alabaron su gestión, por otro todas y cada una de las polémicas que han ido apareciendo los últimos años no hacen otra cosa que explicar la verdadera historia y el verdadero día a día de hoy emérito.
Más allá de todo lo relacionado con su nula fidelidad a la Reina Sofía en cuestiones patrimoniales y a todos los relacionado como ha pasado su fortuna durante muchos años, uno de los aspectos que ha marcado también los últimos años de Juan Carlos I ha sido la relación que ha tenido con su nuera, la Reina Letizia.
Entre otras cosas porque precisamente ha sido Letizia la que, cuentan desde el entorno de la casa real, más ha impulsado impulsó en su momento que la institución decidiera apartar a Juan Carlos I e incluso decidieran enviarlo una temporada bastante larga Abu Dabi.
El padre de Carla Vigo y su rabia contra Juan Carlos I
Desde el primer momento en que se conocieron quedó muy claro que Letizia y Juan Carlos no se llevaban bien, no había feeling entre ellos, y no fue precisamente otro que el propio Juan Carlos el que le dejó muy claro su hijo que lo mejor que podía hacer era olvidarse de aquella periodista.
Sin embargo, por mucho que ya se hubiesen enfrentado entonces, Juan Carlos I no dudó ni un segundo en acudir evidentemente al funeral de la hermana de la entonces princesa Letizia, Erika Ortiz. Un funeral al que acudieron también otros miembros de la casa real española y en el que se vivieron momentos de cierta tensión entre las dos familias.
Es más, parece ser que el que había sido pareja de Erika Ortiz,Antonio Vigo, y a su vez padre de CarlaVigo, no tuvo ningún problema en gritar directamente hacia el entonces rey culpándole de ser él el que había provocado la muerte de su ex pareja: “¡Tú tienes la culpa hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado!", cuentan que le gritó en un momento de rabia y frustración.
Evidentemente el entonces rey no reaccionó consciente de que lo peor que podía hacer en ese momento cierra intentar mover ficha en cualquier sentido.