Mientras una crisis matrimonial azota a la casa real de los Borbón, hay otros problemas que igualmente son difíciles de ignorar. Algunos son más graves que otros, pero Felipe VI y Letizia tienen que enfrentarse no solo a su actual ruptura matrimonial, sino a todo lo que se les puede venir encima en caso de no reaccionar correctamente, y uno de esos tópicos es precisamente aquel que tanto les hacía discutir y que es un tema muy delicado no solo dentro de las paredes de Zarzuela, sino en España.
El nombre de Juan Carlos I sigue teniendo mucho peso en la imagen e historia de la corona. Aún a día de hoy el emérito es una figura con poder que, aunque ya no reside en el país, ha desencadenado un candente debate sobre si se le debería permitir el regreso o no al país. Aunque en el año 2023 fue especialmente frecuente escuchar sobre su hija Elena ayudándole a buscar una casa, nada de esto se ha materializado, o quizá frenado por la actual crisis de los reyes, no lo sabemos.
Juan Carlos I tiene un motivo importante para regresar
Más allá de estar en su país o no, desde hace años el emérito arrastra problemas que quizá no sean tan mediáticos o intentan mantenerse ocultos como lo es su estado de salud. Quién mejor para hablar un poco sobre esto que la experta en Borbones Pilar Eyre, conocida por su constante flujo de información sobre la corona indiferentemente del tema, siempre aportando luz sobre esos tópicos que llaman la atención del público.
Lo de Juan Carlos I es bastante serio, y es que el emérito desde hace tiempo está sufriendo los problemas de la edad. Ya tenía su hogar lleno de rampas para sillas de ruedas por todas partes, pero más allá de su movilidad reducida que le persigue desde hace años, la degeneración mental producida por la edad tampoco es poca broma. Así como la tía Pecu, Juan Carlos I se enfrenta a la demencia, que acaba por afectarle progresivamente y sin forma de frenar el avance de la enfermedad, algo que tiene alerta a España, y reabre el debate sobre si se le debería permitir volver o no.
La importancia del emérito hace difícil el mantenerlo fuera de España por mucho tiempo más. Puede ser bastante polémico si el padre de Felipe VI termina falleciendo fuera del país, algo que ni el rey ni Zarzuela quiere que pase, pero la constante resistencia de entidades como la presidencia de gobierno hacen difícil el dar una orden, por lo que el permitir que Juan Carlos I regrese o no se mantiene en constante discusión. Visto que el estado del emérito estaría empeorando tanto y aún se mantiene fuera del país, esto podría acelerar de alguna forma su regreso más allá de sus típicas visitas a Sanxenxo. Además, parte de la población pide la vuelta de Juan Carlos I, algo que para quienes toman las decisiones se hace cada vez más difícil de ignorar.