Uno de los nombres que más tensión ha provocado desde hace ya muchos años en el matrimonio formado entre Felipe y Letizia ha sido y sigue siendo el de Juan Carlos I. De hecho, fue el entonces rey el que le dejó muy claro al entonces príncipe Felipe cuando éste le comunicó que estaba decidido a seguir adelante con su relación con Ortiz que era una decisión muy desafortunada y que veía a la entonces periodista como un futuro peligro para la institución.
Evidentemente el rechazo que vivió en su día Letizia por parte de su familia política, sobre todo su suegro y sus cuñadas, no se le ha olvidado, de ahí que, a la que haya podido haya optado por llevar a cabo diferentes pequeñas venganzas.
Y es que hoy en día Letizia tiene mucho peso en una familia real española a la que ha conseguido limpiar de ciertos nombres incómodos, especialmente el de su suegro. Cuentan en este sentido que la hoy reina fue una de las voces más contundentes y a favor de la salida del emérito rumbo a Abu Dabi que se orquestó desde la institución hace ya un tiempo.
La presencia de Juan Carlos I que Letizia quería evitar
Sin embargo, por mucho que Letizia no quiera ver a su suegro ni en pintura, hay ciertos actos a los que Juan Carlos I no quiere renunciar. Uno de ellos es el que se producirá en apenas unas semanas cuando, con motivo de su 18 cumpleaños, la princesa Leonor jure la constitución en un acto solemne en el Congreso de los Diputados, un acto que en su día ya hizo su padre.
Letizia, cuentan, movió hilos para que su suegro no acudiera al acto, pero parece ser que no o ha conseguido y que el emérito acudirá a uno de los actos más importantes en la vida de la futura reina de España.
Lo que es bastante probable es que, a menos que por protocolo no sea algo imprescindible, Letizia intente por todos los medios posibles que Leonor y Juan Carlos I no compartan ningún momento y que, por lo tanto, no haya ninguna imagen de los dos juntos, algo que desde hace ya muchos años Ortiz intenta evitar y que ha conseguido en muchas ocasiones.
El problema en este caso es que Felipe, mucho más consciente en estos casos del protocolo, no está muy por la labor de torpedear ciertos planes de su padre, que a su vez está cada vez mas mayor, en un día tan destacado, algo que está enfrentando de nuevo al matrimonio real.