Son varios años de Felipe VI en la realeza. En algunos años más Leonor de Borbón ocupará su puesto, aunque no sabemos cuándo, pero con esto en el panorama, las constantes polémicas actuales de la casa real y la crítica constante hacia los reyes, son muchos los que no se olvidan del anterior rey, el emérito Juan Carlos I, satanizado por unos y amado por otros, pero entre todo eso, no dejó a nadie indiferente.
Hoy día aún escuchamos de él, de sus viajes a España y los de Felipe VI a Abu Dabi, las intenciones del emérito de pasar las navidades en España y no solo eso, sino de residir aquí una vez más. Es perceptible el choque de fuerzas que ocurre actualmente con tal de decidir si se permiten los deseos de Juan Carlos I o no, pero todo parece ir viento en popa para el emérito, ojalá no se despeine.
Juan Carlos I mantiene una costumbre desde que se convirtió en rey
El tema del pelo es complicado para Juan Carlos I, el emérito ya notaba los efectos de la calvicie, desde entonces encargaba sus peluquines en Barcelona para tapar semejante humillación, necesitaba ahorrarse comentarios innecesarios a toda costa y más porque estaba a punto de ser rey, sin embargo, no es lo único que mantiene desde entonces.
El padre de Felipe VI además, tiene una contradicción que algunos encontrarán curiosa y otros darán por válida. Juan Carlos I quiere tener pelo sobre su cabeza y en ninguna otra parte del cuerpo, pero lo que más llamó la atención fueron sus cejas. Quizá algunos no estaban vivos para entonces o no lo recuerdan, pero el emérito tenía una enorme preocupación, no a causa de su calvicie, sino que no quería que lo llamaran “Juan Carlos I el Uniceja”, por lo que a base de pinzas y otras técnicas, arrasó con la zona entre sus cejas y quedó impecable.
Pilar Eyre da fe de todo esto. La experta en Borbones que además tiene una memoria casi fotográfica recuerda haber visto la portada de una revista correspondiente a los días posteriores a la muerte de Franco, donde podemos ver a la familia real, la emérita Sofía, al rey y sus hermanas, que no tenían más edad que Leonor y Sofía de Borbón, y obviamente a Juan Carlos I, quien para entonces aún no se había depilado el entrecejo.
La depilación del emérito no se limitaría a su cara
No solo de las depilaciones vive Juan Carlos I, se conoce de sobra que el padre del actual rey se ha sometido a infinitos tratamientos rejuvenecedores al igual que a sus depilaciones, las cuales por cierto, aunque Pilar Eyre no lo confirma, no se limitaría a la cara sino que no le gustaría tener ni un pelo en el cuerpo, por lo cual se depilaría de pies a cabeza con tal de mantenerse atractivo y presentable para todas sus amigas especiales.