Todos están boquiabiertos al darse a conocer que Juan Carlos I pidió a César Alierta, entonces presidente de Telefónica, que colocara a Iñaki Urdangarin, yerno del monarca, en un puesto de trabajo remunerado en el extranjero, primero en Barcelona y tres años más tarde en Washington.
La información la dieron a conocer fuentes cercanas a La Zarzuela y a la dirección de la multinacional española al medio El Confidencial. Según lo reseñado por el medio, en la primavera de 2006 el emérito encargó a José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao y asesor jurídico del monarca desde hace casi dos décadas, que viajase a Barcelona para reunirse con el ex balonmanista y examinar las cuentas del Instituto Nóos, poco después de que trascendiera públicamente los detalles del primer contrato sospechoso firmado con el Gobierno balear.
De acuerdo con aquella versión oficial, el rey, tras escuchar al conde de Fontao a su regreso a Madrid, pidió a su yerno que se desvinculase completamente de la sociedad y buscase trabajo fuera de España. Lo cierto es que el exdeportista no tuvo que buscar empleo, el emérito y sus asesores se lo hicieron fácil, y lo buscaron por él.
Iñaki Urdangarin, en Telefónica
Tras la salida del ex duque de Palma de la presidencia del Instituto Nóos, el emérito ya tenía todo fríamente calculado con Telefónica. Presuntamente César Alierta no dudó nunca en cumplir las solicitudes de La Zarzuela. Primero fichó al exmarido de la infanta Cristina de Borbón en junio de 2006, como consejero de Telefónica Internacional en Barcelona, ciudad en la que el exjugador internacional de balonmano residía entonces con su familia.
Tres años más tarde, en el verano de 2009, el entonces presidente de Telefónica sacó a Iñaki Urdangarin, tal y como quería la Casa del Rey: lo envió a Washington como consejero de la compañía para Latinoamérica y Estados Unidos (EEUU).
Infanta Cristina no está dispuesta a “mantener” a Ainhoa Armentia
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina atraviesan por un difícil proceso de divorcio. La ex pareja anunció su separación el pasado 24 de enero de 2022, cinco días después de que salieran a la luz las fotos del exjugador de balonmano paseando por la playa con su entonces amante Ainhoa Armentia, a la que había conocido en el bufete de abogados de Vitoria donde trabajó, y que después se convirtió en su novia.
Pero ese no es el único problema para la infanta, porque ambos llevan meses negociando los términos del acuerdo de divorcio. Ella está dispuesta a pasarle una manutención, acorde a su modus vivendi, pero sin regular nada. Sin embargo, sufragar la escolta y la residencia donde se establezca con Ainhoa Armentia es algo a lo que la hija del rey emérito no está dispuesta.
“Ella no tiene que mantener a nadie. Se van a separar, que cada uno siga su vida como mejor pueda”, asegura enfadado una de las fuentes a las que ha tenido acceso MC.
La situación precaria del ex duque hace que sus condiciones resulten un tanto exigentes. En este sentido, la pensión que Cristina le abonaría mensualmente sería de gran ayuda para Iñaki Urdangarin, con vistas a garantizar su seguridad.