Ha trascendido que Juan Carlos I, de 86 años, estaría experimentando algunos achaques propios de la edad, incluyendo lagunas en su memoria reciente. Según fuentes cercanas a la familia real, sus hijos, Felipe VI, Elena y Cristina, estarían preocupados por estos olvidos, que, si bien no son graves, podrían ser un indicio de una condición más seria.
Juan Carlos I tiene problemas con su memoria
Al parecer, el rey emérito recuerda con gran nitidez eventos del pasado, pero tiene dificultades para recordar sucesos recientes. Esto podría ser un síntoma de demencia senil, una condición que afecta a muchas personas mayores y tal como ha ocurrido con su cuñada, Irene de Grecia, mejor conocida como Tía Pecu.
A pesar de que es normal que las personas mayores experimenten algunos olvidos de vez en cuando, si estos olvidos son frecuentes o interfieren con la vida diaria, podría tratarse de algo más serio y es necesario acudir a un médico para descartar cualquier problema de salud subyacente.
En el caso de Juan Carlos I, es posible que su estilo de vida agitado y las responsabilidades como rey durante tantos años hayan contribuido a su deterioro cognitivo. No obstante, es importante recordar que cada persona es diferente y que la edad no siempre es un factor determinante en la salud mental.
La familia real española se encuentra pendiente de la salud del emérito y le está brindando todo el apoyo necesario. Es importante que el rey reciba la atención médica adecuada para que pueda disfrutar de una buena calidad de vida en sus años dorados.
Salud de Juan Carlos I
Felipe VI está muy preocupado y tiene el deseo de que su padre esté más cerca, en España. Pero después de todos los escándalos provocados por el emérito, la imagen de la corona quedó muy tocada y a una gran parte de la población su presencia le produce un cierto rechazo, por lo que regresar ahora no es una opción.
Juan Carlos I se encuentra en una edad avanzada y sus problemas de salud se multiplican. En todas las apariciones públicas, ha mostrado una buena salud, pero la realidad es muy distinta. El emérito utiliza silla de ruedas para grandes desplazamientos, pero no quiere usarla públicamente porque no quiere verse mayor.
Lo cierto es que los problemas de movilidad de Juan Carlos son recurrentes, ha sido operado de la cadera en varias ocasiones, siempre con éxito, pero su cuerpo no ha vuelto a ser el mismo. Siempre se apoya en un bastón y en su fiel personal de seguridad, pero ahora no es solo eso, la memoria también se está convirtiendo en un problema para el rey.
La realidad es que, aunque están a miles de kilómetros, sus hijos siempre mantienen el contacto con Juan Carlos I. Están informados de su estado de salud. Recientemente, han mostrado su preocupación al informarles que ha cogido una gripe, pero nada preocupante. La infanta Cristina ha mostrado su interés y se desplazó unos días a Abu Dabi para estar junto a su padre.